En la pequeña ciudad sueca de Linköping, Malin Fors, una joven comisaria de policía, debe hacerse cargo de un espantoso caso de asesinato. Un hombre ha aparecido colgado de un árbol, con signos evidentes de haber sufrido una terrible tortura. La identificación del cadáver permite revelar que la víctima es Bengt Andersson, un personaje marginal que sobrevivía gracias a las ayudas sociales. Malin Fors descubre que la víctima sufría el acoso y las burlas de sus vecinos en una de las zonas más deprimidas de la ciudad. Bengt Andersson no contaba con ningún apoyo familiar ya que su madre murió, su hermana Rebecka fue dada en adopción y él mismo atacó a su padre con un hacha tras años de maltrato. A lo largo de su investigación, la joven comisaria tendrá que barajar varias pistas: la de un antiguo y cruel ritual vikingo, la de dos adolescentes conflictivos que maltrataban a Bengt Andersson y la de la familia Murvall, cuya hija fue presuntamente violada por el primero.
Forma parte de la nueva ola de escritores escandinavos, pero su estilo es diferente
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