En “Cinco días para matar al Papa” el sexo, la religión y la muerte se dan cita en Santiago de Compostela a cinco días de la llegada del Papa. Mientras los habitantes aguardan expectantes la visita, una muchacha, Sara, es seducida para que atente contra el Sumo Pontífice. El padre Brais, un visionario clérigo, heterodoxo y repudiado por la curia, intentará desbaratar esos propósitos valiéndose inútilmente de un pequeño grupo de fieles. Se interpondrán dos atolondradas agentes, Saladina y Francesca, caídas en desgracia profesional y destinadas a vigilar la visita del Papa, que se verán envueltas sin pretenderlo en esa persecución hasta convertirse en protagonistas. Cuando todo parece decidido, llegada la fecha, inesperados acontecimientos conducen a los protagonistas a una nueva encrucijada de cuya resolución dependerán sus vidas.
En una Compostela muy actual, los personajes viven sus tentaciones amparados en sus propias necesidades vitales y frustraciones emocionales. Cada personaje representa de este modo una manera de entender la vida, el amor, el deseo y la humanidad, visiones en apariencia contrapuestas pero que, vistas en conjunto, responden a la única necesidad vital de la persona, preguntarse quién es.
En una Compostela muy actual, los personajes viven sus tentaciones amparados en sus propias necesidades vitales y frustraciones emocionales. Cada personaje representa de este modo una manera de entender la vida, el amor, el deseo y la humanidad, visiones en apariencia contrapuestas pero que, vistas en conjunto, responden a la única necesidad vital de la persona, preguntarse quién es.