Fernando Tapia despierta una noche en mitad de la calle totalmente desorientado después de haber perdido el sentido. No reconoce ni el lugar en el que se encuentra ni la gente que le rodea, que por otro lado se muestra aterrada cada vez que le mira. Su desconcierto va en aumento a cada minuto que pasa, especialmente cuando es atendido por un servicio de urgencia de médicos que se hallan totalmente cubiertos por trajes protectores.
Una vez en el hospital, los doctores que le han atendido le explican que se halla gravemente enfermo; de hecho le quedan pocas horas de vida. Y para hacer aún más absurda su situación, le comunican que en su cerebro se halla una información de vital importancia que el hombre debe transmitir para salvar a miles de personas. Sólo existe un problema: Fernando ha perdido la memoria.
A partir de ese momento, una ristra de personas de la vida de Fernando Tapia irá pasando por el hospital para intentar ayudarle a recuperar sus recuerdos perdidos. Entre todos le irán dibujando una existencia y una forma de ser con las que el enfermo no termina de sentise a gusto y que poco a poco irán provocando que una duda se vaya haciendo a cada instante más fuerte en su interior: ¿estará todo el mundo mintiéndole? Y en caso de que así fuera: ¿qué motivo podrían tener para actuar de aquella manera? Y en la respuesta a estas dos preguntas puede estar la clave de su salvación.
Una vez en el hospital, los doctores que le han atendido le explican que se halla gravemente enfermo; de hecho le quedan pocas horas de vida. Y para hacer aún más absurda su situación, le comunican que en su cerebro se halla una información de vital importancia que el hombre debe transmitir para salvar a miles de personas. Sólo existe un problema: Fernando ha perdido la memoria.
A partir de ese momento, una ristra de personas de la vida de Fernando Tapia irá pasando por el hospital para intentar ayudarle a recuperar sus recuerdos perdidos. Entre todos le irán dibujando una existencia y una forma de ser con las que el enfermo no termina de sentise a gusto y que poco a poco irán provocando que una duda se vaya haciendo a cada instante más fuerte en su interior: ¿estará todo el mundo mintiéndole? Y en caso de que así fuera: ¿qué motivo podrían tener para actuar de aquella manera? Y en la respuesta a estas dos preguntas puede estar la clave de su salvación.