En la ciudad de Pavía, en el norte de Italia, a finales del año 1800 aparecen, en extrañas y similares circunstancias, los cuerpos exangües de niñas y adolescentes. Todo indica que se trata de un asesino en serie que actúa en un área cuyo centro es la ciudad de Pavia. En la trama que debe desenmarañar Tarantino, eficiente inspector de policía, de ocultas inclinaciones homosexuales, asistido por Serafin un astuto policía de físico contrahecho dotado de una sensibilidad tan grande como pequeño es su cuerpo, se ven envueltos pintorescos personajes, algunos históricos como el famoso médico criminólogo Cesare Lombroso, el duque Victorio Visconti o la medium o clarividente Eusebia Paladino y otros ficticios como el padre Angelo un sacerdote en crisis de fé ocultamente enamorado de la joven cortesana Liria, pupila de una veja proxeneta conocida como "La Castaña" La vida y personalidad de cada uno de estos personajes principales se va desgranando, rodeados de otros secundarios no menos interesantes, por medio de "flash Back" que hacen viajar al lector a la España Isabelina, de la nobleza y los burdeles y al norte de África entrando en los palacios del sultán y los gobernadores y en las jaimas de beduinos y piratas bereberes. El periplo de las peripecias y avatares de los protagonistas, que el ávido lector vive en primera persona, no desvía su atención de los hechos que se van sucediendo en el transcurso de la investigación de los crímenes. La circunstancia de la falta de sangre en los cuerpos de las pequeñas víctimas da pabilo a que la imaginación popular comience a referirse al asesino como el vampiro de Pavía y a construir fábulas en torno a su figura, contribuyendo a ello la aparición de un misterioso jinete, con ropajes negros de sacerdote, en un también negro corcel. El desenlace se presenta como un desafío al lector que se proponga descubrir al asesino con las pistas que el autor va facilitando por medio de las investigaciones del Inspector Tarantino y su asistente Serafin.
La vívida descripción de personas y lugares transporta al lector a los escenarios en que actúan haciéndolos sentir participes de sus conversaciones sentado en una silla del café "Viena" con una copa de absenta en las manos debatiendo con el duque Visconti, el inspector Tarantino, su amigo Javier, Alexandra, la madre del inspector, y Serafín el desenlace del "vampiro de Pavía.
La vívida descripción de personas y lugares transporta al lector a los escenarios en que actúan haciéndolos sentir participes de sus conversaciones sentado en una silla del café "Viena" con una copa de absenta en las manos debatiendo con el duque Visconti, el inspector Tarantino, su amigo Javier, Alexandra, la madre del inspector, y Serafín el desenlace del "vampiro de Pavía.
