He aquí una historia jamás contada; una historia polémica y "maldita" del pasado reciente: Los doblados es un relato verídico que explora la figura de la traición, tal vez el único tema sin saldar aún por la riquísima bibliografía sobre los setenta. Como en los mejores thrillers, narrado desde diversos planos, el libro se mete en las aulas del Colegio Militar, el búnker céntrico del Batallón 601, el Edificio Libertador, la Casa Rosada y las casas de seguridad donde se escondían las cúpulas guerrilleras, para narrar la progresión que llevó a los militares al poder el 24 de marzo de 1976.
En este relato atrapante nacido de aquellas redes de espionaje destaca Rafael de Jesús Ranier, alias el "Oso", un soplón enquistado en el PRTERP, a quien se le atribuyen la entrega de medio centenar de militantes, las cincuenta y tres bajas del delatado ataque al cuartel de Monte Chingolo, y la localización de domicilios, talleres de armamento, imprentas y depósitos de propaganda donde cayeron acribilladas otras trece personas.
Ricardo Ragendorfer dedicó una década a esta investigación que incluye archivos de origen militar jamás develados: actas, directivas, evaluaciones, legajos de servicio y partes operativos; y gran cantidad de testimonios, tanto de antiguos militantes y jefes sobrevivientes de esas organizaciones como de represores.
De la trama vertiginosa de ese período surge para el autor una certeza: aunque el Ejército sabía -por un infiltrado- que Montoneros preparaba un gran ataque, dejó que se produjera. Por eso la legalización del terrorismo de Estado no fue fruto del copamiento al Regimiento 29 de Infantería de Formosa en octubre de 1975 -como sostienen algunos-, sino el resultado de una intriga palaciega urdida en el mayor de los sigilos, que les dio a las FF.AA. el control operacional del país.
En este relato atrapante nacido de aquellas redes de espionaje destaca Rafael de Jesús Ranier, alias el "Oso", un soplón enquistado en el PRTERP, a quien se le atribuyen la entrega de medio centenar de militantes, las cincuenta y tres bajas del delatado ataque al cuartel de Monte Chingolo, y la localización de domicilios, talleres de armamento, imprentas y depósitos de propaganda donde cayeron acribilladas otras trece personas.
Ricardo Ragendorfer dedicó una década a esta investigación que incluye archivos de origen militar jamás develados: actas, directivas, evaluaciones, legajos de servicio y partes operativos; y gran cantidad de testimonios, tanto de antiguos militantes y jefes sobrevivientes de esas organizaciones como de represores.
De la trama vertiginosa de ese período surge para el autor una certeza: aunque el Ejército sabía -por un infiltrado- que Montoneros preparaba un gran ataque, dejó que se produjera. Por eso la legalización del terrorismo de Estado no fue fruto del copamiento al Regimiento 29 de Infantería de Formosa en octubre de 1975 -como sostienen algunos-, sino el resultado de una intriga palaciega urdida en el mayor de los sigilos, que les dio a las FF.AA. el control operacional del país.