Tras el derrocamiento del régimen de Fulgencio Batista en Cuba, en pleno desarrollo de la Guerra Fría contra Estados Unidos, la Unión Soviética instauró en la isla de Cuba la dictadura encabezada por los hermanos Fidel y Raúl Castro Ruz.
Instalados en el poder los dos dictadores satélites y títeres de Moscú, desarrollaron un proceso de subversión, terrorismo y desestabilización política de la institucionalidad latinoamericana, mediante el entrenamiento de guerrillas comunistas en Cuba que luego fueron enviadas a delinquir en los demás países del hemisferio, diseminación de espías por medio de las embajadas cubanas en Latinoamérica y Estados Unidos, profusa difusión de propaganda marxista-leninista con permanente incitación al odio de clases, la violencia sistemática contra la libertad, y el terrorismo comunista en toda la extensión de sus violentas manifestaciones.
Pese a ser un país pequeño y sin ninguna capacidad militar para enfrentar a las Fuerzas Militares de los países agredidos, la dictadura cubana se apoltronó en La Habana, gracias al ingente apoyo económico de la Unión Soviética, que amenazaba al mundo con desatar un guerra nuclear si algún país agredido, atacaba a Cuba.
A esta realidad se sumó la miopía geopolítica de la mayor parte de la dirigencia política latinoamericana, que a pesar de evidenciar la agresión terrorista cubana, nunca estuvo a la altura del reto, y por el contrario tan pronto cayó la cortina de hierro, toleró la continuidad de los hermanos Castro en el poder y la realidad de su relación directa con los grupos terroristas.
En Operación América el periodista Jules Dubois desenmascara con lujo de detalles la acción subversiva y terrorista dirigida desde la dictadura cubana contra los países del hemisferio e invita a reflexionar acerca de un grave peligro contra la continuidad de la democracia, al cual no se le da la atención adecuada en los países afectados.
Instalados en el poder los dos dictadores satélites y títeres de Moscú, desarrollaron un proceso de subversión, terrorismo y desestabilización política de la institucionalidad latinoamericana, mediante el entrenamiento de guerrillas comunistas en Cuba que luego fueron enviadas a delinquir en los demás países del hemisferio, diseminación de espías por medio de las embajadas cubanas en Latinoamérica y Estados Unidos, profusa difusión de propaganda marxista-leninista con permanente incitación al odio de clases, la violencia sistemática contra la libertad, y el terrorismo comunista en toda la extensión de sus violentas manifestaciones.
Pese a ser un país pequeño y sin ninguna capacidad militar para enfrentar a las Fuerzas Militares de los países agredidos, la dictadura cubana se apoltronó en La Habana, gracias al ingente apoyo económico de la Unión Soviética, que amenazaba al mundo con desatar un guerra nuclear si algún país agredido, atacaba a Cuba.
A esta realidad se sumó la miopía geopolítica de la mayor parte de la dirigencia política latinoamericana, que a pesar de evidenciar la agresión terrorista cubana, nunca estuvo a la altura del reto, y por el contrario tan pronto cayó la cortina de hierro, toleró la continuidad de los hermanos Castro en el poder y la realidad de su relación directa con los grupos terroristas.
En Operación América el periodista Jules Dubois desenmascara con lujo de detalles la acción subversiva y terrorista dirigida desde la dictadura cubana contra los países del hemisferio e invita a reflexionar acerca de un grave peligro contra la continuidad de la democracia, al cual no se le da la atención adecuada en los países afectados.