¿Qué camino conduce a Bolivia hacia el mar? ¿Reclamar Arica y Tacna para Bolivia? ¿Impugnar el Tratado de 1904? ¿Una alianza diplomática con Chile contra Perú, o una alianza diplomática con Perú contra Chile? ¿Un arbitraje internacional? ¿Un puerto sobre el río Paraguay? Todo se intentaría en la década de 1920, con una política exterior dispersa e improvisada.
Este libro nos muestra una Bolivia que juega mal sus cartas diplomáticas para llegar al mar. A cualquier mar. Una Bolivia fugazmente convencida de ser una potencia petrolera mundial, que se endeudó con desmesura y que chocó con sus vecinos, en medio de un mundo optimista y escarmentado por la Gran Guerra, que proclamaba la paz a cualquier precio.
En las páginas de Tan lejos del mar desfilan con entretenido flujo los personajes mundiales de la época, con las influencias ciertas que ejercieron sobre la política exterior boliviana: los presidentes estadounidenses Woodrow Wilson y Herbert Hoover, el Secretario de Estado Frank B. Kellogg y el varias veces presidente presidente francés Raymond Poincaré, así como el ministro de Relaciones Exteriores de Francia, Aristide Briand. Personajes que a su vez interactuaron con sus contemporáneos bolivianos: Ismael Montes, que quiso obtener Arica y Tacna; Bautista Saavedra, que se lo impidió y prefirió impugnar el Tratado de 1904; Hernando Siles, que evitó la guerra, y Daniel Salamanca, que la invocó y la propició. No faltan, entre otros, Alcides Arguedas, Franz Tamayo y Ricardo Jaimes Freyre, en roles tan opuestos como sorprendentes.
El autor de El general y sus presidentes nos brinda otro relato rigurosamente histórico, pero igualmente fascinante y ameno, sobre un mundo ido, más ingenuo, más optimista y menos complejo; sobre una Bolivia en muchos aspectos difícil de reconocer, pero en otros, dolorosamente similar.