“¿No estoy yo aquí que soy tu Madre? ¿No estás por ventura en mi regazo? ¿Qué te aflige, hijo mío?”.
Estas palabras dichas por la Virgen de Guadalupe a Juan Diego, contienen también para ti el amor maternal de la Morenita, su bondad, su cariño y su ternura. Ella quiso quedarse con nosotros, para escucharte y aliviar tus penas.
Medita, reza, pide, ruega, toca la puerta con toda confianza y no olvides sus palabras: “¿No estoy yo aquí que soy tu Madre?”.
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