En este libro encontrará el lector muchas aventuras, donde el protagonista es un joven estudiante de Ingeniería que conoce en Madrid a San Josemaría Escrivá de Balaguer: Alvaro del Portillo. Es sorprendido por la guerra civil española; vive en una prisión comunista y consigue salvar la vida cuando lo más fácil era perderla; después, se alista en el ejército de Madrid para atravesar la línea de fuego y pasarse al otro frente.
Años más tarde, se ordena sacerdote y destaca en el Concilio Vaticano II como un consumado teólogo. Cuando muere Josemaría Escrivá de Balaguer, fundador del Opus Dei, se convierte en su primer sucesor y continuador. Del Portillo, viajero infatigable, ha sido visto y escuchado en directo por más de cien mil personas. En 1991, Juan Pablo II lo ordenó obispo. Pero su mayor aventura, que terminó triunfante, fue la de su lucha personal por alcanzar la santidad. Tuvo un carácter fuerte y enérgico y, al mismo tiempo, fue capaz de irradiar paz y alegría a su alrededor.
Con un lenguaje sencillo, casi de tertulia de amigos, Antonio Ducay nos hace paladear y, en ciertos momentos, sentir en carne propia, lo que fue la vida de un hombre audaz, de esos para quienes no existen los imposibles.
Años más tarde, se ordena sacerdote y destaca en el Concilio Vaticano II como un consumado teólogo. Cuando muere Josemaría Escrivá de Balaguer, fundador del Opus Dei, se convierte en su primer sucesor y continuador. Del Portillo, viajero infatigable, ha sido visto y escuchado en directo por más de cien mil personas. En 1991, Juan Pablo II lo ordenó obispo. Pero su mayor aventura, que terminó triunfante, fue la de su lucha personal por alcanzar la santidad. Tuvo un carácter fuerte y enérgico y, al mismo tiempo, fue capaz de irradiar paz y alegría a su alrededor.
Con un lenguaje sencillo, casi de tertulia de amigos, Antonio Ducay nos hace paladear y, en ciertos momentos, sentir en carne propia, lo que fue la vida de un hombre audaz, de esos para quienes no existen los imposibles.