¿Por qué los hombres tienen una religión portadora de la verdad? ¿Por qué persiste a pesar de los descubrimientos científicos? ¿Por qué conduce a actos heroicos y a la intolerancia?
Un vecino se protege de las brujas, porque de lo contrario ellas podrían lanzarle dardos invisibles que envenenarían su sangre. Un chamán quema hojas de tabaco frente a una hilera de estatuillas y habla con ellas. Un grupo de creyentes va por todos lados advirtiendo que el fin del mundo se acerca. Otros reciben el consejo de ir a la iglesia o a algún lugar tranquilo para hablar con una persona invisible que está presente en todas partes y que sabe lo que van a decir porque Él lo sabe todo.
Si quisiéramos catalogar estas prácticas podríamos tomar dos caminos: decir que son producto de la locura humana o pensar que son testimonio de la admirable capacidad del hombre para comprender la vida y el universo.
Pascal Boyer pone a nuestro alcance los descubrimientos más recientes de la psicología cognoscitiva, la antropología, la lingüística y la biología evolutiva para explicar que las creencias religiosas y los comportamientos religiosos no son un misterio insondable, tienen una explicación: todo se debe a la manera cómo funciona nuestro cerebro. Como resultado de la evolución, nuestro cerebro tiene la capacidad para adquirir cierto tipo de ideas religiosas, en especial con la muerte, la moral y los ritos. La fuerza de estas ideas es tal que lleva a los hombres a entregarse a ellas y, en casos extremos, a la intolerancia y el fanatismo.
Un vecino se protege de las brujas, porque de lo contrario ellas podrían lanzarle dardos invisibles que envenenarían su sangre. Un chamán quema hojas de tabaco frente a una hilera de estatuillas y habla con ellas. Un grupo de creyentes va por todos lados advirtiendo que el fin del mundo se acerca. Otros reciben el consejo de ir a la iglesia o a algún lugar tranquilo para hablar con una persona invisible que está presente en todas partes y que sabe lo que van a decir porque Él lo sabe todo.
Si quisiéramos catalogar estas prácticas podríamos tomar dos caminos: decir que son producto de la locura humana o pensar que son testimonio de la admirable capacidad del hombre para comprender la vida y el universo.
Pascal Boyer pone a nuestro alcance los descubrimientos más recientes de la psicología cognoscitiva, la antropología, la lingüística y la biología evolutiva para explicar que las creencias religiosas y los comportamientos religiosos no son un misterio insondable, tienen una explicación: todo se debe a la manera cómo funciona nuestro cerebro. Como resultado de la evolución, nuestro cerebro tiene la capacidad para adquirir cierto tipo de ideas religiosas, en especial con la muerte, la moral y los ritos. La fuerza de estas ideas es tal que lleva a los hombres a entregarse a ellas y, en casos extremos, a la intolerancia y el fanatismo.