El tema de este libro es la disciplina moral del Bodhisatva. El término Bodhisatva en sánscrito se utiliza para designar a aquel que, motivado por la gran compasión, ha generado la mente de bodhichita, el deseo espontáneo de alcanzar la Budeidad por el beneficio de todos los seres sintientes. Puesto que todos poseemos en nuestro continuo mental las semillas de la gran compasión y de la bodhichita, y algún día tendremos la oportunidad de encontrar un maestro de Dharma mahayana, si nos adiestramos en las enseñanzas mahayanas, podemos convertirnos en un Bodhisatva.
La disciplina moral del Bodhisatva es una moralidad superior y el camino principal que nos conduce hacia la felicidad última de la gran iluminación. En general, la disciplina moral es la determinación virtuosa de abandonar cualquier acción perjudicial. Por ejemplo, si reconocemos las desventajas de matar, robar o mantener una conducta sexual incorrecta, y tomamos la firme decisión de abstenernos de cometer estas acciones, estamos practicando la disciplina moral. De igual modo, la determinación de abstenernos de mentir, causar desunión con la palabra, pronunciar palabras ofensivas, chismorrear, tener codicia, tener malicia y sostener creencias erróneas, es también practicar la moralidad.
En el Sutra del pratimoksha, Buda dice que sería mejor morir que quebrantar la disciplina moral porque la muerte solo destruye esta vida, mientras que romper la moralidad acaba con cualquier oportunidad de disfrutar de felicidad en innumerables vidas futuras y nos condena a experimentar los sufrimientos de los renacimientos inferiores una y otra vez. En los países budistas se considera que la disciplina moral es muy importante, y por esta razón se respeta mucho a los monjes y monjas. No obstante, no solo ellos han de practicar la disciplina moral, todos necesitamos hacerlo porque es la raíz de toda nuestra felicidad futura. Aunque seamos un gran erudito, si ignoramos la práctica de la disciplina moral, no tendremos éxito en nuestras actividades y nos encontraremos con numerosos problemas en el futuro. En cambio, si observamos la disciplina moral con sinceridad, podremos solucionar todos nuestros problemas y completar las prácticas espirituales.
La disciplina moral del Bodhisatva es una moralidad superior y el camino principal que nos conduce hacia la felicidad última de la gran iluminación. En general, la disciplina moral es la determinación virtuosa de abandonar cualquier acción perjudicial. Por ejemplo, si reconocemos las desventajas de matar, robar o mantener una conducta sexual incorrecta, y tomamos la firme decisión de abstenernos de cometer estas acciones, estamos practicando la disciplina moral. De igual modo, la determinación de abstenernos de mentir, causar desunión con la palabra, pronunciar palabras ofensivas, chismorrear, tener codicia, tener malicia y sostener creencias erróneas, es también practicar la moralidad.
En el Sutra del pratimoksha, Buda dice que sería mejor morir que quebrantar la disciplina moral porque la muerte solo destruye esta vida, mientras que romper la moralidad acaba con cualquier oportunidad de disfrutar de felicidad en innumerables vidas futuras y nos condena a experimentar los sufrimientos de los renacimientos inferiores una y otra vez. En los países budistas se considera que la disciplina moral es muy importante, y por esta razón se respeta mucho a los monjes y monjas. No obstante, no solo ellos han de practicar la disciplina moral, todos necesitamos hacerlo porque es la raíz de toda nuestra felicidad futura. Aunque seamos un gran erudito, si ignoramos la práctica de la disciplina moral, no tendremos éxito en nuestras actividades y nos encontraremos con numerosos problemas en el futuro. En cambio, si observamos la disciplina moral con sinceridad, podremos solucionar todos nuestros problemas y completar las prácticas espirituales.