Si queremos entender qué piensa el papa Francisco y cuál es su visión para la Iglesia del futuro, debemos conocer el documento de Aparecida, que él mismo redactó para la Iglesia Latinoamericana en 2007.
El Consejo Episcopal Latinoamericano y del Caribe (CELAM), que agrupa a los obispos católicos de la región, celebró en 2007 una conferencia en Aparecida, ciudad situada en el interior de São Paulo. En dicha conferencia, el entonces cardenal Jorge Mario Bergoglio jugó un papel importante como relator. En 2013, el papa Francisco volvía a visitar el Santuario de Aparecida y resaltaba el acto que allí tuvo lugar como clave y como referencia para toda la Iglesia.
Esta obra colectiva, bajo la coordinación de Emilia Robles, da voz a algunos de aquellos testigos de esperanza.
El objetivo es develar ciertos hilos que unen el Vaticano II, el proceso de la Conferencia de Aparecida, el nuevo pontificado de Francisco tras la renuncia de Benedicto XVI y el futuro de un proceso conciliar en la Iglesia. Partiendo de una experiencia localizada en un continente, pero con raíces, tronco y ramas universales, constataremos que su proyección a otras latitudes podría purificar y renovar el seno de la Iglesia y hacer que la institución retorne a sus orígenes.
El Consejo Episcopal Latinoamericano y del Caribe (CELAM), que agrupa a los obispos católicos de la región, celebró en 2007 una conferencia en Aparecida, ciudad situada en el interior de São Paulo. En dicha conferencia, el entonces cardenal Jorge Mario Bergoglio jugó un papel importante como relator. En 2013, el papa Francisco volvía a visitar el Santuario de Aparecida y resaltaba el acto que allí tuvo lugar como clave y como referencia para toda la Iglesia.
Esta obra colectiva, bajo la coordinación de Emilia Robles, da voz a algunos de aquellos testigos de esperanza.
El objetivo es develar ciertos hilos que unen el Vaticano II, el proceso de la Conferencia de Aparecida, el nuevo pontificado de Francisco tras la renuncia de Benedicto XVI y el futuro de un proceso conciliar en la Iglesia. Partiendo de una experiencia localizada en un continente, pero con raíces, tronco y ramas universales, constataremos que su proyección a otras latitudes podría purificar y renovar el seno de la Iglesia y hacer que la institución retorne a sus orígenes.