Desde el inicio de su pontificado, pareciera que el papa Francisco quisiera darle a la familia una atención muy particular. Después de su elección como pontífice, el 13 de marzo de 2013, en sólo dos años, ya ha convocado un consistorio y un sínodo.
Varios obispos y cardenales se burlan de la doctrina de la Iglesia afirmando que ya ha pasado de moda. Muchas voces se levantan para pedir una actualización de esta doctrina, como en su momento lo hizo el concilio Vaticano II. Desean que la Iglesia utilice una pastoral de misericordia en lugar de utilizar, lo que ellos mismos llaman erróneamente, la represión y la exclusión.
Hay muchos que exigen que a los divorciados vueltos a casar se les permita la posibilidad de comulgar, y manifiestan que la palabra pecado ya no debe de ser empleada. Quieren que la Iglesia deba tener una mirada misericordiosa con relación a la homosexualidad, etc…
El papa Francisco, en medio de toda esta confusión y escándalo, parece coordinar esta revolución a pesar de ser el blanco de críticas de los cardenales más “conservadores”, incluyendo al prefecto de la Congregación para la doctrina de la fe, el cardenal Gerhard Ludwig Müller, el cual no brilla por tener posturas conservadoras.
Esta obra permitirá al lector tener una mirada general de este sínodo, colocándolo en su contexto, gracias a los textos y hechos verídicos, poniéndoles a su alcance acerca de estos temas el sublime Magisterio de la Iglesia.
Varios obispos y cardenales se burlan de la doctrina de la Iglesia afirmando que ya ha pasado de moda. Muchas voces se levantan para pedir una actualización de esta doctrina, como en su momento lo hizo el concilio Vaticano II. Desean que la Iglesia utilice una pastoral de misericordia en lugar de utilizar, lo que ellos mismos llaman erróneamente, la represión y la exclusión.
Hay muchos que exigen que a los divorciados vueltos a casar se les permita la posibilidad de comulgar, y manifiestan que la palabra pecado ya no debe de ser empleada. Quieren que la Iglesia deba tener una mirada misericordiosa con relación a la homosexualidad, etc…
El papa Francisco, en medio de toda esta confusión y escándalo, parece coordinar esta revolución a pesar de ser el blanco de críticas de los cardenales más “conservadores”, incluyendo al prefecto de la Congregación para la doctrina de la fe, el cardenal Gerhard Ludwig Müller, el cual no brilla por tener posturas conservadoras.
Esta obra permitirá al lector tener una mirada general de este sínodo, colocándolo en su contexto, gracias a los textos y hechos verídicos, poniéndoles a su alcance acerca de estos temas el sublime Magisterio de la Iglesia.