Gigantes. Debemos enfrentarlos. Aunque no necesitamos hacerlo solos.
Esta mirada profunda a la vida de David cava hondo en las derrotas que
sufrió y en las victorias que logró cuando enfrentó a los gigantes de
su vida. Cuando se concentró en Dios, los gigantes cayeron. Pero cuando
se concentró en los gigantes... él tropezó.
Los Goliat todavía recorren nuestro mundo. Deuda. Desastre.
Divorcio. Engaño. Enfermedad. Depresión. Estas amenazas de tamaño
gigante aún se muestran insolentemente y se pavonean en nuestras vidas,
robándonos el sueño, apropiándose de nuestra paz y quitándonos nuestra
alegría. Y mientras estos gigantes tratan de dominarnos, ¡nosotros
sabemos qué hacer! Hemos aprendido lo que David aprendió y actuamos de
acuerdo con lo realizado por él. Comenzamos a concentrarnos en Dios,
recogemos cinco piedras, tomamos cinco decisiones y damos un golpe.