¡Señor! Bendice mi cocinita,
y bendice mi trabajo en ella,
cocinar, fregar, y limpiar.
Sazona las comidas que preparo
con tu bendición y tu Gracia,
pero sobre todo con tu Amor.
Mientras que yo con los míos
comparto el pan que nos das,
siempre te lo agradecemos
puesto que te lo debemos.
Pero aparte del pan nuestro,
yo te suplico algo más:
que quien entre en mi cocina,
encuentre alegría y paz,
rico alimento, buena acogida,
¡y eterna felicidad!.
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