Amos VII
Sharon Fieldman tiene una vida apacible en Nueva Orleans. Posiblemente no es la que ella hubiera soñado, pero al menos, tiene un trabajo y un techo que comparte con su abuela Margaret, a la cual cuida con mucho cariño. Nada le hacía creer que ella, una sencilla chica nacida en Nueva Jersey, sería pretendida de la noche a la mañana por uno de los hombres con más pedigrí de Luisiana.
Ni siquiera sabía quién era él, pero se quedó prendada de sus ojos azabache y del magnetismo de su voz. Las malas lenguas aseguraban que era un Señor de la noche, que sus gustos eran un tanto extraños y exigentes, y que su nombre reflejaba su origen y la realeza de su sangre: Prince Steelman. El hombre de acero que la volvía loca le tendía la mano a un reino de pecado, sumisión y oscuridad que jamás había probado. En ella estaba la decisión de ser la pareja del Príncipe de las Tinieblas. ¿Quién iba a ser capaz de luchar contra esa atracción tan arrolladora? Sharon, desde luego que no. Estaba decidida a experimentar el placer, el dolor y el amor del Amo de las mazmorras.
Ambos se entregarán el uno al otro como nunca lo hicieron con nadie antes. Sin embargo, las envidias y los secretos del pasado amenazarán con remover y destrozar los cimientos de su relación.
Este es el origen de la pareja con más carisma y más fuerza de la saga «Amos y Mazmorras». ¿Cómo empezaron y quiénes eran?
¿Cómo se creó la leyenda del Príncipe de las Tinieblas y la Reina de las Arañas?
Toda historia tiene un principio. Aquí empezó todo.
«No hay una saga romántica que sepa hilar la acción y el thriller con el erotismo y los sentimientos a flor de piel como Amos y mazmorras. Es la aguja en el pajar. Buenísima, incluso para los que creen que el género está denostado».
CLUB DANTE. RNE4
Sharon Fieldman tiene una vida apacible en Nueva Orleans. Posiblemente no es la que ella hubiera soñado, pero al menos, tiene un trabajo y un techo que comparte con su abuela Margaret, a la cual cuida con mucho cariño. Nada le hacía creer que ella, una sencilla chica nacida en Nueva Jersey, sería pretendida de la noche a la mañana por uno de los hombres con más pedigrí de Luisiana.
Ni siquiera sabía quién era él, pero se quedó prendada de sus ojos azabache y del magnetismo de su voz. Las malas lenguas aseguraban que era un Señor de la noche, que sus gustos eran un tanto extraños y exigentes, y que su nombre reflejaba su origen y la realeza de su sangre: Prince Steelman. El hombre de acero que la volvía loca le tendía la mano a un reino de pecado, sumisión y oscuridad que jamás había probado. En ella estaba la decisión de ser la pareja del Príncipe de las Tinieblas. ¿Quién iba a ser capaz de luchar contra esa atracción tan arrolladora? Sharon, desde luego que no. Estaba decidida a experimentar el placer, el dolor y el amor del Amo de las mazmorras.
Ambos se entregarán el uno al otro como nunca lo hicieron con nadie antes. Sin embargo, las envidias y los secretos del pasado amenazarán con remover y destrozar los cimientos de su relación.
Este es el origen de la pareja con más carisma y más fuerza de la saga «Amos y Mazmorras». ¿Cómo empezaron y quiénes eran?
¿Cómo se creó la leyenda del Príncipe de las Tinieblas y la Reina de las Arañas?
Toda historia tiene un principio. Aquí empezó todo.
«No hay una saga romántica que sepa hilar la acción y el thriller con el erotismo y los sentimientos a flor de piel como Amos y mazmorras. Es la aguja en el pajar. Buenísima, incluso para los que creen que el género está denostado».
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