¡Plantada en el altar! ¡Madre mía, Jasmine sí que los escogía bien! Pero era fuerte y decidió irse a la luna de miel de todas maneras. Aprendería a vivir como una mujer independiente y sería feliz con su vida. Lo que no había previsto era caer en brazos del horrible, crítico y tentadoramente guapo Antoniv Petrov. ¡Literalmente!
Sus fuertes brazos y su fortuna eran todo lo que no deseaba en un hombre. ¡Tenía que encontrar su propio camino! Sus hermanas se habían enamorado de hombres ricos y poderosos, pero Jasmine estaba decidida a ser diferente. Además, Antoniv sólo quería una relación sexual y, al parecer, las hermanas Hart habían heredado una fertilidad de locura. De alguna manera, las dos se habían quedado embarazadas a pesar de haber tomado precauciones.
Así que no iba a arriesgarse a empezar una relación con el guapísimo billonario ruso; de ninguna manera. Había demasiadas razones para mantenerse alejada de ellos, y solo una por la que no podía hacerlo: ¡lo deseaba!
Antoniv no podía creerse la fierecilla que había caído en sus brazos. Era una sirenita sexy a la que estaba decidido a meter en su cama. Una a una, eliminaría todas sus excusas para evitar tener una relación con él. Y, al final, Antoniv Petrov siempre conseguía lo que quería.
Sus fuertes brazos y su fortuna eran todo lo que no deseaba en un hombre. ¡Tenía que encontrar su propio camino! Sus hermanas se habían enamorado de hombres ricos y poderosos, pero Jasmine estaba decidida a ser diferente. Además, Antoniv sólo quería una relación sexual y, al parecer, las hermanas Hart habían heredado una fertilidad de locura. De alguna manera, las dos se habían quedado embarazadas a pesar de haber tomado precauciones.
Así que no iba a arriesgarse a empezar una relación con el guapísimo billonario ruso; de ninguna manera. Había demasiadas razones para mantenerse alejada de ellos, y solo una por la que no podía hacerlo: ¡lo deseaba!
Antoniv no podía creerse la fierecilla que había caído en sus brazos. Era una sirenita sexy a la que estaba decidido a meter en su cama. Una a una, eliminaría todas sus excusas para evitar tener una relación con él. Y, al final, Antoniv Petrov siempre conseguía lo que quería.