En esta nueva entrega de “Cruce de Miradas” descubriremos a Dana Montoya Harold, de padre gitano canastero y madre estadounidense. Su vida nunca fue fácil ni perfecta. Con tan solo quince años, perdió a su madre por la maldita enfermedad que te roba tu tiempo, el cáncer. Se quedó con un padre amargado tras la muerte de su madre, que acabó metido en asuntos muy turbios. El día que murió Sofía, no solo quedó huérfana de madre, si no, también de padre. Aprendió a vivir con la ausencia de Manuel, su padre, y conoció al hombre que llenó su corazón de felicidad, Jack Stuart. Un americano de abuelos granadinos. Muy jóvenes empezaron una relación y el día de su boda, cuando lo creía todo perfecto, le rompió el corazón en mil pedazos cuando lo pilló con otra.
Destrozada, hizo borrón y cuenta alejándose de su tierra. Viajó a Portland por una oferta de trabajo en un periódico local, desde entonces, lleva viviendo en Oregón sin haber vuelto a sus raíces.
El pasado que creía enterrado, volverá a su vida como un huracán haciendo que su corazón vuelva a sufrir, por recordar aquello que una vez fue perfecto. No solo la amargura del pasado regresa, si no que, nuevos sentimientos que creía haber dejado atrás vuelven con fuerza y tienen nombre y apellidos, Hernán Salazar y Jack Stuart.
¿Dejará Dana de huir y afrontará sus miedos?
Destrozada, hizo borrón y cuenta alejándose de su tierra. Viajó a Portland por una oferta de trabajo en un periódico local, desde entonces, lleva viviendo en Oregón sin haber vuelto a sus raíces.
El pasado que creía enterrado, volverá a su vida como un huracán haciendo que su corazón vuelva a sufrir, por recordar aquello que una vez fue perfecto. No solo la amargura del pasado regresa, si no que, nuevos sentimientos que creía haber dejado atrás vuelven con fuerza y tienen nombre y apellidos, Hernán Salazar y Jack Stuart.
¿Dejará Dana de huir y afrontará sus miedos?