Lady Polly no podía aceptar ninguna de las numerosas proposiciones de matrimonio que recibía porque no había conseguido olvidar al hombre al que había rechazado hacía cinco años. Había oído que lord Henry Marchnight estaba arruinado y se había convertido en un granuja aficionado al juego; pero en cuanto reapareció en su vida y la besó, Polly supo que la pasión no había desaparecido. Aquel hombre seguía teniendo el poder de hacerle perder la razón con sólo rozarla. Pero lo que más necesitaba en aquel momento era sentido común para enfrentarse a lord Henry y averiguar si todos aquellos rumores eran ciertos. ¿Debía seguir rechazando pretendientes, o debía hacer lo que había deseado durante cinco años: confiar en el amor que sentía por él y seguir los mandatos de su corazón?
"Nicola Cornick nos ofrece un delicioso viaje al periodo de regencia inglés”
Romantic Times
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