Ethan Curtis había salido por sus propios medios de la más absoluta pobreza hasta alcanzar el poder y la riqueza. Pero sabía que había una parte de la sociedad cuya puerta siempre estaría cerrada para él… a menos que una mujer procedente de los círculos más selectos le diera un hijo.
Mary Kelley se quedó de piedra al oír la proposición de aquel arrogante millonario, pero accedió a darle lo que le pedía para proteger a su familia. Pensaba que su relación sería tan fría como el propio Ethan, por eso se sorprendió al descubrir que el hombre al que había prometido odiar despertaba en ella tanto deseo.