Primavera de 1881.
Elena Robles, huérfana desde niña, regresa después de varios años de ausencia a La Dorada, el cortijo de la serranía de Ronda donde vivió su infancia, convertida en una rica heredera.
En la fiesta del Gobernador, conoce a Diego de Casanueva, rico terrateniente y mujeriego empedernido, que queda hechizado por su carácter apasionado y sensual belleza, y que intentará conquistarla cueste lo que cueste.
Días después, un inesperado encontronazo con el Marqués, misterioso bandolero del que nadie conoce su verdadera identidad, hará que surja en ella una pasión irreprimible y desconcertante. Dividida entre su atracción por el bandido y su encendido deseo por Diego de Casanueva, Elena pronto se dará cuenta de que nadie es en realidad lo que parece.
Además descubre que, tras su vuelta, se oculta un oscuro plan forjado con la única intención de despojarla del legado de su padre. Una trama que pone en peligro su propia vida, y a la que tendrá que hacer frente con la ayuda del único hombre que la amará de forma incondicional.
Elena Robles, huérfana desde niña, regresa después de varios años de ausencia a La Dorada, el cortijo de la serranía de Ronda donde vivió su infancia, convertida en una rica heredera.
En la fiesta del Gobernador, conoce a Diego de Casanueva, rico terrateniente y mujeriego empedernido, que queda hechizado por su carácter apasionado y sensual belleza, y que intentará conquistarla cueste lo que cueste.
Días después, un inesperado encontronazo con el Marqués, misterioso bandolero del que nadie conoce su verdadera identidad, hará que surja en ella una pasión irreprimible y desconcertante. Dividida entre su atracción por el bandido y su encendido deseo por Diego de Casanueva, Elena pronto se dará cuenta de que nadie es en realidad lo que parece.
Además descubre que, tras su vuelta, se oculta un oscuro plan forjado con la única intención de despojarla del legado de su padre. Una trama que pone en peligro su propia vida, y a la que tendrá que hacer frente con la ayuda del único hombre que la amará de forma incondicional.