Quizá los opuestos se atraigan... pero quizá no.
El bombero Zack Grange estaba buscando esposa, pero no le valía cualquiera; quería la mujer perfecta que pudiera además cuidar a su pequeña. Cuando Wynn Lane se mudó a la casa de al lado, él pensó que eso era exactamente lo que no quería. El puesto no estaba disponible para mujeres tan desenvueltas como ella. Pero eso era lo que opinaba el padre que había en él, el hombre decía algo muy diferente.
Wynn no era ninguna florecilla delicada y no estaba dispuesta a cambiar por Zack, claro que él tampoco se lo había pedido. No obstante, le gustaría pensar que la consideraba algo más que una buena compañera de cama... incluso desearía que la quisiera aunque solo fuera la mitad de lo que la quería su hijita...