Ingram es un cobarde y un debilucho; al menos según su padre el rey y la corte real. No puede blandir una espada, se desmaya al ver sangre e incluso sus brillantes habilidades como estratega no son suficientes para sobreponerse a sus derrotas. Cuando su padre pierde una apuesta sobre la muerte de un dragón a favor del conocido lord Mallory, paga su deuda ordenándole a Ingram que se despose con él.
Entonces su padre revela que lo usará para una meta mayor, dándole así una última oportunidad para demostrar que no es un inútil. Todo lo que tiene que hacer es traicionar a su nuevo esposo.
Entonces su padre revela que lo usará para una meta mayor, dándole así una última oportunidad para demostrar que no es un inútil. Todo lo que tiene que hacer es traicionar a su nuevo esposo.