Todos hemos escuchado el dicho: "Cuando las cosas se ponen difíciles, el fuerte avanza". Sin embargo, en lo que muchos de nosotros fallamos en siquiera darnos cuenta, es que este es un dicho que habla menos de las capacidades en sí, que de cuan mentalmente fuerte somos.
Muchos de los principales psicólogos dirán, la fuerza mental es realmente acerca de tener la habilidad de desempeñar hacia o más allá del nivel superior de destreza o talento, y hacerlo consistentemente sin importar cuan competitivas o difíciles sean las circunstancias. Por lo tanto no importa que tan duras, abrumadoras o brutales sean las circunstancias bajo las cuales se tenga que competir, se habrá de competir e incluso superándose a sí mismo. La fuerza mental significa ser capaz de soportar el dolor y el sufrimiento aun cuando el cerebro diga que no se puede seguir más; se trata de empujar el miedo y la desconfianza a un lado para correr en buen tiempo, tener una victoria e incluso posicionarse extremadamente alto en rankings competitivos.
La fuerza mental es más importante que las capacidades físicas, porque si creemos que podemos hacer algo entonces podemos lograrlo, aun si tenemos que pasar años aprendiendo el deporte. Si la mente no está en modo "Yo puedo", entonces no importa que tan capaces seamos, nunca seremos realmente buenos. Pensemos en aquella materia que odiábamos en la escuela, y pensamos que no éramos buenos porque seguíamos fallando, ahora recordemos cuando nos dimos cuenta de que no nos graduaríamos hasta que la pasáramos. - ¿Nos graduamos? Esta es una vieja batalla entre la fuerza mental y las habilidades.
La fuerza mental es cuando todo nuestro estado de existencia está físicamente drenado pero mentalmente ignoramos nuestras limitaciones físicas, visualizamos el premio, y enfocamos todas nuestras energías mentales en obtenerlo. Todo esto, a pesar de todos los absurdos amontonados contra nosotros. Se siente completamente estimulante cuando estamos físicamente sintonizados con la tarea. Sin embargo, después de que la resistencia física se disipa, es nuestra mentalidad la que nos hace cruzar la meta. Es en ese momento cuando un atleta ve de verdad de que está hecho.
Por esta razón muchos atletas no solamente entrenan sus cuerpos, sino que también dedican esfuerzo en aprender cómo controlar como se piensa en el momento - ambos no son mutuamente excluyentes. Algunos atletas admiten hacer meditación, yoga, caminatas, salir a trotar temprano en la mañana o en la noche sólo para reproducir el gran momento una y otra vez en su mente. Al hacer esto, aprenden a eliminar los pensamientos que pudiesen retenerlos, y trabajan en que nunca resurjan. Se enfocan en cual es el objetivo e incluso tienen largas conversaciones consigo mismos. Siendo la razón que si su mente titubea solo un poco, entonces esta incertidumbre puede llegar a manifestarse en un desempeño menor.
La mente es algo poderoso y puede ser comparada a cualquier musculo del cuerpo. Entre más se entrene para ignorar las limitaciones impuestas más se podrá superar dichas limitaciones. Entre más se alimente o entrene creyendo en estas limitaciones, menos eficiente y exitoso será el desempeño.
En esencia, ser mentalmente fuerte es simplemente una habilidad y la creencia en superar las limitaciones que nos imponemos en nuestras habilidades. Los psicólogos deportivos han estado debatiendo desde hace mucho, el rol que la genética, el entrenamiento y el ambiente, juegan en el elevado y consistente rendimiento de los atletas exitosos. En el único punto en cual concuerdan es que estos factores juegan roles dominantes, pero sin la fuerza mental el éxito sería limitado.
Muchos de los principales psicólogos dirán, la fuerza mental es realmente acerca de tener la habilidad de desempeñar hacia o más allá del nivel superior de destreza o talento, y hacerlo consistentemente sin importar cuan competitivas o difíciles sean las circunstancias. Por lo tanto no importa que tan duras, abrumadoras o brutales sean las circunstancias bajo las cuales se tenga que competir, se habrá de competir e incluso superándose a sí mismo. La fuerza mental significa ser capaz de soportar el dolor y el sufrimiento aun cuando el cerebro diga que no se puede seguir más; se trata de empujar el miedo y la desconfianza a un lado para correr en buen tiempo, tener una victoria e incluso posicionarse extremadamente alto en rankings competitivos.
La fuerza mental es más importante que las capacidades físicas, porque si creemos que podemos hacer algo entonces podemos lograrlo, aun si tenemos que pasar años aprendiendo el deporte. Si la mente no está en modo "Yo puedo", entonces no importa que tan capaces seamos, nunca seremos realmente buenos. Pensemos en aquella materia que odiábamos en la escuela, y pensamos que no éramos buenos porque seguíamos fallando, ahora recordemos cuando nos dimos cuenta de que no nos graduaríamos hasta que la pasáramos. - ¿Nos graduamos? Esta es una vieja batalla entre la fuerza mental y las habilidades.
La fuerza mental es cuando todo nuestro estado de existencia está físicamente drenado pero mentalmente ignoramos nuestras limitaciones físicas, visualizamos el premio, y enfocamos todas nuestras energías mentales en obtenerlo. Todo esto, a pesar de todos los absurdos amontonados contra nosotros. Se siente completamente estimulante cuando estamos físicamente sintonizados con la tarea. Sin embargo, después de que la resistencia física se disipa, es nuestra mentalidad la que nos hace cruzar la meta. Es en ese momento cuando un atleta ve de verdad de que está hecho.
Por esta razón muchos atletas no solamente entrenan sus cuerpos, sino que también dedican esfuerzo en aprender cómo controlar como se piensa en el momento - ambos no son mutuamente excluyentes. Algunos atletas admiten hacer meditación, yoga, caminatas, salir a trotar temprano en la mañana o en la noche sólo para reproducir el gran momento una y otra vez en su mente. Al hacer esto, aprenden a eliminar los pensamientos que pudiesen retenerlos, y trabajan en que nunca resurjan. Se enfocan en cual es el objetivo e incluso tienen largas conversaciones consigo mismos. Siendo la razón que si su mente titubea solo un poco, entonces esta incertidumbre puede llegar a manifestarse en un desempeño menor.
La mente es algo poderoso y puede ser comparada a cualquier musculo del cuerpo. Entre más se entrene para ignorar las limitaciones impuestas más se podrá superar dichas limitaciones. Entre más se alimente o entrene creyendo en estas limitaciones, menos eficiente y exitoso será el desempeño.
En esencia, ser mentalmente fuerte es simplemente una habilidad y la creencia en superar las limitaciones que nos imponemos en nuestras habilidades. Los psicólogos deportivos han estado debatiendo desde hace mucho, el rol que la genética, el entrenamiento y el ambiente, juegan en el elevado y consistente rendimiento de los atletas exitosos. En el único punto en cual concuerdan es que estos factores juegan roles dominantes, pero sin la fuerza mental el éxito sería limitado.