Este libro está dedicado a todos aquellos que desean tener una vida sexual libre, plena y sana. También tenemos un propósito médico, el de facilitar que aquellas personas que puedan necesitar ayuda, por presentar una conducta sexual desordenada y fuera de control, se animen a solicitarla porque existe y tienen derecho a ella. Pero el objetivo fundamental de este libro es el de aportar conocimientos para evitar quedar atrapados en el sexo.
Por increíble que pueda parecer en una sociedad informada hasta la saciedad, seguimos haciéndonos esta pregunta: ¿De verdad, hay personas que no pueden controlar su sexualidad? Cuando se habla de «hipersexualidad» todo el mundo pega la oreja y se ríe, pero no tiene ninguna gracia. Un colega psiquiatra me decía: «la sexualidad no es una cuestión de cantidad, sino de calidad; qué más da que sea mucha o poca. Para hablar de hiper o de hiposexualidad necesitas saber qué es la normosexualidad y eso es muy difícil».
Cada persona tendrá sus medidas, que integrará en cada momento en su proyecto vital, en sus circunstancias personales, familiares, sociales y espirituales. La «normosexualidad» podría medirse más con los parámetros del amor, la unidad, el respeto por uno mismo, y por los demás, que con los números, las frecuencias o las intensidades. Quizás es una sabia mezcla de amor y frecuencia, respeto e intensidad, unidad e identidad de la persona, del proyecto vital y otras muchas variables en cada uno. De todas formas la hipersexualidad tiene un síntoma claro: la conducta sexual está fuera de control y molesta, a ti, a los demás o a todos.
Por increíble que pueda parecer en una sociedad informada hasta la saciedad, seguimos haciéndonos esta pregunta: ¿De verdad, hay personas que no pueden controlar su sexualidad? Cuando se habla de «hipersexualidad» todo el mundo pega la oreja y se ríe, pero no tiene ninguna gracia. Un colega psiquiatra me decía: «la sexualidad no es una cuestión de cantidad, sino de calidad; qué más da que sea mucha o poca. Para hablar de hiper o de hiposexualidad necesitas saber qué es la normosexualidad y eso es muy difícil».
Cada persona tendrá sus medidas, que integrará en cada momento en su proyecto vital, en sus circunstancias personales, familiares, sociales y espirituales. La «normosexualidad» podría medirse más con los parámetros del amor, la unidad, el respeto por uno mismo, y por los demás, que con los números, las frecuencias o las intensidades. Quizás es una sabia mezcla de amor y frecuencia, respeto e intensidad, unidad e identidad de la persona, del proyecto vital y otras muchas variables en cada uno. De todas formas la hipersexualidad tiene un síntoma claro: la conducta sexual está fuera de control y molesta, a ti, a los demás o a todos.