El Drácula más romántico, mágico y cargado de trasfondo espiritual jamás escrito.
Se dice que Dios creó a los seres humanos a su imagen y semejanza. Sin embargo la verdad dista sobremanera de esta afirmación, ya que en realidad fuimos nosotros mismos quienes creamos a los dioses a nuestra propia imagen y semejanza. También hicimos lo propio con los personajes que cobran vida en nuestras fábulas y relatos mitológicos, independientemente de en qué épocas, lugares o culturas fueron elaboradas. El propósito original de la creación de los arquetipos de conducta manifestados por estos legendarios personajes, fue el de ayudarnos a conocernos a nosotros mismos; de brindarnos la oportunidad de ejercer un mayor control sobre las diferentes parcelas de nuestra naturaleza esencial. Si bien a lo largo del paso del tiempo, los seres humanos, desconectados del verdadero sentido profundo que subyace en nuestras vidas, dejamos de dar a estas obras el valor que les corresponde, reduciéndolas a la categoría de fantasía.
Esta obra nos muestra el egoísmo vampírico que todos nosotros albergamos en nuestro interior; el cual nos resistimos a reconocer como propio negándonos a verlo reflejado en el espejo de nuestra consciencia.
Se dice que Dios creó a los seres humanos a su imagen y semejanza. Sin embargo la verdad dista sobremanera de esta afirmación, ya que en realidad fuimos nosotros mismos quienes creamos a los dioses a nuestra propia imagen y semejanza. También hicimos lo propio con los personajes que cobran vida en nuestras fábulas y relatos mitológicos, independientemente de en qué épocas, lugares o culturas fueron elaboradas. El propósito original de la creación de los arquetipos de conducta manifestados por estos legendarios personajes, fue el de ayudarnos a conocernos a nosotros mismos; de brindarnos la oportunidad de ejercer un mayor control sobre las diferentes parcelas de nuestra naturaleza esencial. Si bien a lo largo del paso del tiempo, los seres humanos, desconectados del verdadero sentido profundo que subyace en nuestras vidas, dejamos de dar a estas obras el valor que les corresponde, reduciéndolas a la categoría de fantasía.
Esta obra nos muestra el egoísmo vampírico que todos nosotros albergamos en nuestro interior; el cual nos resistimos a reconocer como propio negándonos a verlo reflejado en el espejo de nuestra consciencia.