Diario del primer año después de la muerte de un hijo
De la muerte se habla poco y de la muerte de un hijo mucho menos, pero los padres y las madres que hemos pasado por el horror de ver morir a un hijo necesitamos, desesperadamente, expresar nuestros sentimientos. Es, creo, una necesidad vital que nos aleja de la locura y nos ayuda a encontrar, de nuevo, sentido a la vida. Porque, aunque parezca mentira, es posible renacer después de un golpe así.
Hace ya más de diez años que Ignasi murió y la buena noticia que quiero compartir es que un hijo nunca muere. Esto lo saben todos los hombres y mujeres que mantienen en sus corazones el amor de sus hijos muertos. El amor es lo que nos permite volver a la vida. Después de naufragar de noche en un mar embravecido y atravesar una de las peores tormentas, al llegar a tierra todo es más bonito. Es más fácil ver la belleza donde antes apenas veíamos nada, agradecer la calidez del sol, el frescor de la lluvia, la dulzura de la brisa... Sí, al llegar a tierra la vida es más hermosa porque sabemos que la muerte es tan solo un nuevo principio.
Mi hijo se fue pronto, pero durante su último mes de vida escribió también un diario. No importa lo corta que sea una vida, lo que importa es vivirla.
Mercè Castro, (Barcelona, 1957)
Licenciada en Ciencias de la Información, ha dirigido las revistas El Mundo de Tu Bebé y Mente Sana, especializándose en temas de salud y psicología. La muerte de su hijo Ignasi en 1998 marcó un antes y un después en su conciencia y ahora, tras recorrer su propio duelo, acompaña a las personas que quieren activar su fortaleza y vivir con amor, prosperidad y armonía. Ofrece talleres y conferencias donde imparte lo que ha aprendido utilizando técnicas de sanación espiritual como la Técnica Metamórfica, el Reiki, las Constelaciones Familiares, la Interpretación de los Sueños o el Ho’Oponopono. Además de Volver a vivir es autora de Palabras que consuelan (2013) y del blog http://comoafrontarlamuertedeunhijo.com
De la muerte se habla poco y de la muerte de un hijo mucho menos, pero los padres y las madres que hemos pasado por el horror de ver morir a un hijo necesitamos, desesperadamente, expresar nuestros sentimientos. Es, creo, una necesidad vital que nos aleja de la locura y nos ayuda a encontrar, de nuevo, sentido a la vida. Porque, aunque parezca mentira, es posible renacer después de un golpe así.
Hace ya más de diez años que Ignasi murió y la buena noticia que quiero compartir es que un hijo nunca muere. Esto lo saben todos los hombres y mujeres que mantienen en sus corazones el amor de sus hijos muertos. El amor es lo que nos permite volver a la vida. Después de naufragar de noche en un mar embravecido y atravesar una de las peores tormentas, al llegar a tierra todo es más bonito. Es más fácil ver la belleza donde antes apenas veíamos nada, agradecer la calidez del sol, el frescor de la lluvia, la dulzura de la brisa... Sí, al llegar a tierra la vida es más hermosa porque sabemos que la muerte es tan solo un nuevo principio.
Mi hijo se fue pronto, pero durante su último mes de vida escribió también un diario. No importa lo corta que sea una vida, lo que importa es vivirla.
Mercè Castro, (Barcelona, 1957)
Licenciada en Ciencias de la Información, ha dirigido las revistas El Mundo de Tu Bebé y Mente Sana, especializándose en temas de salud y psicología. La muerte de su hijo Ignasi en 1998 marcó un antes y un después en su conciencia y ahora, tras recorrer su propio duelo, acompaña a las personas que quieren activar su fortaleza y vivir con amor, prosperidad y armonía. Ofrece talleres y conferencias donde imparte lo que ha aprendido utilizando técnicas de sanación espiritual como la Técnica Metamórfica, el Reiki, las Constelaciones Familiares, la Interpretación de los Sueños o el Ho’Oponopono. Además de Volver a vivir es autora de Palabras que consuelan (2013) y del blog http://comoafrontarlamuertedeunhijo.com