Una exploración sobre las verdades personales y espirituales reveladas mediante el LSD
• Indica que las visiones inducidas por el LSD tejen una trama continua de un viaje a otro
• Muestra que los viajes o trances psicodélicos pasan por tres etapas: los temas personales y la conciencia prenatal, la pérdida del ego y, por último, lo sagrado
• Explora el consumo de sustancias psicodélicas a lo largo de la historia, incluidas las alucinaciones masivas comunes en la Edad Media y los primeros usos terapéuticos del LSD
Antes de llegar a los sesenta años, Christopher Gray experimentó un viaje psicodélico con una dosis de LSD de 100 microgramos. Los efectos fueron tan extraordinarios y sorprendentemente agradables, que comenzó a tomar la misma dosis de la misma forma (en la intimidad y a solas) una vez cada dos o tres semanas durante tres años. En Los diarios del ácido, Gray relata su sorpresa al darse cuenta de que sus visiones tejían una trama continua de una experiencia psicodélica a otra, pasando por tres etapas: la primera, que trata sobre los temas personales y la conciencia prenatal; la segunda, sobre la pérdida del ego, a menudo con toques de lo sobrenatural; y la tercera, sobre aspectos sagrados y espirituales. Los diarios del ácido pone de relieve el potencial del LSD desde el punto de vista del crecimiento transpersonal y el desarrollo espiritual.
• Indica que las visiones inducidas por el LSD tejen una trama continua de un viaje a otro
• Muestra que los viajes o trances psicodélicos pasan por tres etapas: los temas personales y la conciencia prenatal, la pérdida del ego y, por último, lo sagrado
• Explora el consumo de sustancias psicodélicas a lo largo de la historia, incluidas las alucinaciones masivas comunes en la Edad Media y los primeros usos terapéuticos del LSD
Antes de llegar a los sesenta años, Christopher Gray experimentó un viaje psicodélico con una dosis de LSD de 100 microgramos. Los efectos fueron tan extraordinarios y sorprendentemente agradables, que comenzó a tomar la misma dosis de la misma forma (en la intimidad y a solas) una vez cada dos o tres semanas durante tres años. En Los diarios del ácido, Gray relata su sorpresa al darse cuenta de que sus visiones tejían una trama continua de una experiencia psicodélica a otra, pasando por tres etapas: la primera, que trata sobre los temas personales y la conciencia prenatal; la segunda, sobre la pérdida del ego, a menudo con toques de lo sobrenatural; y la tercera, sobre aspectos sagrados y espirituales. Los diarios del ácido pone de relieve el potencial del LSD desde el punto de vista del crecimiento transpersonal y el desarrollo espiritual.