¡La mágica y eterna historia del GATO Y RATON EN SOCIEDAD contada en rimas para deleite de los chicos!
¡Las hermosas ilustraciones se podrán encontrar en el interior del libro!
¡Disfrute de la lectura!
Había una vez una pequeña niña muy hermosa;
que era además muy dulce y muy ingeniosa.
Su madre le hizo una capa de color rojo;
tenía un gorro que cubría su cabello pelirrojo.
La mamá de Caperucita pan fresco horneó,
“Llévale esto a tu abuelita” ella le pidió.
La abuelita no muy lejos de casa vivía;
Caperucita estaba feliz porque la visitaría.
Un lobo se acercó mientras ella caminaba;
ella no sabía en qué peligro se encontraba.
El lobo parecía ser realmente muy amistoso,
ella no se dio cuenta que más bien era peligroso.
“Pequeña, quisiera preguntar ¿a dónde vas?
En esta selva salvaje ¿Por qué tan sola estás?
Vas por este camino sola y sin compañía;
cualquier niña como vos mucho se asustaría.”
“A mi abuela que está enferma voy a visitar,
tomé el camino corto porque no puede esperar.
Le llevo una cesta de pan todavía caliente,
que debo sin falta entregar inmediatamente.”
El lobo estaba realmente muy hambriento;
y pensó que la niña sería un bocadillo suculento.
El lobo dijo adiós y corrió a casa de la abuela;
no podía esperar para comerla sin cautela
El lobo notó al llegar que la abuela no estaba;
y pensó que todo saldría como lo planeaba.
Caperucita llegó presurosa y la puerta tocó.
“Abuelita, ¿te sientes mejor” con amor preguntó
“¡Adelante!. Imagino que debes extrañarme.
“Acércate más aún que no puedo levantarme”
“Abuelita, ¿por qué tu voz suena hoy distinta?”
“Estoy aún enferma. ¿Acaso no te das cuenta?”
“Te he traído presurosa algo para comer;
es algo muy rico que te va a satisfacer.
Mamá horneó pan para ti con mucho amor;
estoy segura que te sentirás mucho mejor.
El lobo para engañar se había puesto un vestido;
¿Cómo Caperucita pudo haberlo advertido?
Caperucita se acercó aún más para ver mejor;
pero lo que vio no fue para nada alentador.
“Abuelita, son tan grandes ahora tus orejas;
son más grandes que antes y me dejan perpleja.”
“Son así de grandes para poder escucharte mejor,
te podés acercar ahora sin ningún temor”
“Abuelita, son tan grandes ahora tus ojos;”
son más grandes que antes y y un poco rojos.”.
“Son así de grandes para poder verte mejor;
te podés acercar ahora sin ningún temor.
“Abuelita, son tan enormes ahora tus brazos;
y tu cabello resquebradizo se cae a pedazos.
Se ven muy diferentes y afiladostus dientes;
me parece que con todo esto algo escondes.
En eso el lobo gritó: “¡Y tienes toda la razón!
Saltó de la cama y le dio un gran empujón.
Caperucita gritó con fuerza y trató de huir;
pidió ayuda pero era difícil que la pudiesen oír.
Un cazador llegó con un cuchillo muy grande;
intervino antes de que fuese demasiado tarde.
Agarró al lobo justo antes de dar su mordida;
y le cortó su cabeza acabando con su vida.
El lobo por muy poco a Caperucita se devora;
pero por suerte el lobo estaba muerto ahora.
Caperucita Roja bien a salvo se encontraba;
a su madre y a su abuela muchos besos les daba.
Y LA MORALEJA DE ESTE CUENTO ES
No confíes en los extraños a la primera. No siempre todos van a tener malas intenciones, pero lo mejor es estar seguros y quedarte con las personas que conoces.
¡Descargue ya su libro!
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Había una vez una pequeña niña muy hermosa;
que era además muy dulce y muy ingeniosa.
Su madre le hizo una capa de color rojo;
tenía un gorro que cubría su cabello pelirrojo.
La mamá de Caperucita pan fresco horneó,
“Llévale esto a tu abuelita” ella le pidió.
La abuelita no muy lejos de casa vivía;
Caperucita estaba feliz porque la visitaría.
Un lobo se acercó mientras ella caminaba;
ella no sabía en qué peligro se encontraba.
El lobo parecía ser realmente muy amistoso,
ella no se dio cuenta que más bien era peligroso.
“Pequeña, quisiera preguntar ¿a dónde vas?
En esta selva salvaje ¿Por qué tan sola estás?
Vas por este camino sola y sin compañía;
cualquier niña como vos mucho se asustaría.”
“A mi abuela que está enferma voy a visitar,
tomé el camino corto porque no puede esperar.
Le llevo una cesta de pan todavía caliente,
que debo sin falta entregar inmediatamente.”
El lobo estaba realmente muy hambriento;
y pensó que la niña sería un bocadillo suculento.
El lobo dijo adiós y corrió a casa de la abuela;
no podía esperar para comerla sin cautela
El lobo notó al llegar que la abuela no estaba;
y pensó que todo saldría como lo planeaba.
Caperucita llegó presurosa y la puerta tocó.
“Abuelita, ¿te sientes mejor” con amor preguntó
“¡Adelante!. Imagino que debes extrañarme.
“Acércate más aún que no puedo levantarme”
“Abuelita, ¿por qué tu voz suena hoy distinta?”
“Estoy aún enferma. ¿Acaso no te das cuenta?”
“Te he traído presurosa algo para comer;
es algo muy rico que te va a satisfacer.
Mamá horneó pan para ti con mucho amor;
estoy segura que te sentirás mucho mejor.
El lobo para engañar se había puesto un vestido;
¿Cómo Caperucita pudo haberlo advertido?
Caperucita se acercó aún más para ver mejor;
pero lo que vio no fue para nada alentador.
“Abuelita, son tan grandes ahora tus orejas;
son más grandes que antes y me dejan perpleja.”
“Son así de grandes para poder escucharte mejor,
te podés acercar ahora sin ningún temor”
“Abuelita, son tan grandes ahora tus ojos;”
son más grandes que antes y y un poco rojos.”.
“Son así de grandes para poder verte mejor;
te podés acercar ahora sin ningún temor.
“Abuelita, son tan enormes ahora tus brazos;
y tu cabello resquebradizo se cae a pedazos.
Se ven muy diferentes y afiladostus dientes;
me parece que con todo esto algo escondes.
En eso el lobo gritó: “¡Y tienes toda la razón!
Saltó de la cama y le dio un gran empujón.
Caperucita gritó con fuerza y trató de huir;
pidió ayuda pero era difícil que la pudiesen oír.
Un cazador llegó con un cuchillo muy grande;
intervino antes de que fuese demasiado tarde.
Agarró al lobo justo antes de dar su mordida;
y le cortó su cabeza acabando con su vida.
El lobo por muy poco a Caperucita se devora;
pero por suerte el lobo estaba muerto ahora.
Caperucita Roja bien a salvo se encontraba;
a su madre y a su abuela muchos besos les daba.
Y LA MORALEJA DE ESTE CUENTO ES
No confíes en los extraños a la primera. No siempre todos van a tener malas intenciones, pero lo mejor es estar seguros y quedarte con las personas que conoces.
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