Kierkegaard le dedicó al Estadio Estético ocho ensayos. Diario de Un seductor conforma el octavo ensayo de Kierkegaard alusivo al Estadio Estético y constituye, junto con su comentario del don Juan de Mozart, uno de los capítulos centrales de su Aut- Aut (O lo uno o lo otro).
A su vez, para el lector no interesado por la filosofía, el libro es alusivo y contundente cuando enseña formaciones románticas, impregnadas de antigua cultura danesa, de ritos cristianos y dogmas invisibles. El lector descuidado seguro aprenderá todas las formas del amor romántico, bien detalladas y conceptualizadas por Soren Kierkegaard.
Mientras, el desarrollo de la filosofía existencial en Kierkegaard, es una filosofía de elección entre posibilidades -de vida, los dos momentos primeros se superan por el influjo de la melancolía y el hastío, para desembocar en el estadio religioso, que según Kierkegaard es muestra de su vocación dominante y única de escritor religioso. Y no por esto, no por falta de afecto deja de dominar en todo tipo de conflictos persuasivos, como muestra en Diario de un Seductor, la seducción intelectual con todas sus morbosas alquimias se despliega como núcleo central del escrito. Se trata de Juan, astuto seductor, que valiéndose de ardides conduce al desconcierto y la confusión a Cordelia, quien a sus 17 años muere de amor por él.
Introducción de Esteban Higueras Galán.
Edición de www.microfilosofia.om
A su vez, para el lector no interesado por la filosofía, el libro es alusivo y contundente cuando enseña formaciones románticas, impregnadas de antigua cultura danesa, de ritos cristianos y dogmas invisibles. El lector descuidado seguro aprenderá todas las formas del amor romántico, bien detalladas y conceptualizadas por Soren Kierkegaard.
Mientras, el desarrollo de la filosofía existencial en Kierkegaard, es una filosofía de elección entre posibilidades -de vida, los dos momentos primeros se superan por el influjo de la melancolía y el hastío, para desembocar en el estadio religioso, que según Kierkegaard es muestra de su vocación dominante y única de escritor religioso. Y no por esto, no por falta de afecto deja de dominar en todo tipo de conflictos persuasivos, como muestra en Diario de un Seductor, la seducción intelectual con todas sus morbosas alquimias se despliega como núcleo central del escrito. Se trata de Juan, astuto seductor, que valiéndose de ardides conduce al desconcierto y la confusión a Cordelia, quien a sus 17 años muere de amor por él.
Introducción de Esteban Higueras Galán.
Edición de www.microfilosofia.om