Ana, una mujer de más de cuarenta años y casada desde hace veinte con Manu, disfruta de los relatos sexuales que le hace Paula, de una edad parecida y sin compromiso, a la que ha conocido casualmente en el gimnasio. Paula es gráfica y expresiva al narrar sus aventuras, tal vez, animada por el brillo voraz que reflejan los ojos de Ana. Empujadas ambas por el vértigo del deseo deciden llevar a cabo un experimento durante un fin de semana en la casa de campo de Ana y su marido, quien será objeto del mismo junto a su amigo Teo.
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