Preocupado por las cuestiones sociales, que supo abordar con tanto talento y buen hacer que hizo decir a Menéndez Pelayo que "entre los modernos ninguno mostró tanto tino como él en acomodar la doctrina escolástica "de legibus" y "de iustitia et iure" a las condiciones didácticas del tiempo presente" y a Carreras Artau que se había adelantado a Comte en la iniciación de una ciencia social moderna. Fundó la revista "La Sociedad" en 1843 y en ella publicó numerosos estudios sobre las necesidades políticas, religiosas y sociales del momento. En esa revista publicó también casi todas las "Cartas a un escéptico", recogidas luego en esta obra, que no es un simple libro de apologética cristiana, sino también un tratado de filosofía de la religión, que, dirigido a los incrédulos de su tiempo, tiene ante sí los sistemas filosóficos de Fichte, Schelling, Hegel, Cousin, etc.
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