El libro es tanto una descripción del recorrido por un país, España, como la expresión de lo que al caminante le van sugiriendo el paisaje, la noche, las lecturas, el calor, el cansancio, el color del cielo.
El camino lo comencé en Conil de la Frontera, seguí la costa después hasta cerca de Tarifa y desde allí tomé el GR-7 hacia Andorra. Algo más de tres mil kilómetros; no los conté. Una desmesura de camino que me proporcionó la oportunidad de encontrarme conmigo y con un buen manojo de reflexiones que deseo compartir con estas líneas que siguen.
Caminar a lo largo y a lo ancho de España es una afición que se ha convertido en una necesidad. En esta ocasión se trataba de recorrerla de sur a norte. Por otra parte, escribir mientras camino fue una pasión que tomó forma ya hace muchos años. Me sucede con frecuencia que, estando ayuno de ganas de hacerlo, nada más ponerme en camino, la necesidad de escribir aparece como por encanto en el mismo instante en que mis pies empiezan a hollar un sendero. ¿La vida del caminante, lo que le trae a la cabeza el camino al que atraviesa un páramo, escala una montaña, recorre un sombrío hayedo, acompaña junto a los acantilados la inmensidad del mar, no es acaso una parte sustancial del caminar? ¿No es una de las razones de nuestro caminar esa sensación que perseguimos de sentir el flujo interior bullir dentro de uno?
En la edición electrónica de este libro se pueden seguir los vínculos que llevan al blog originario y a las imágenes que le acompañaron: http://caminarcadadia.blogspot.com/search/label/GR-7
El camino lo comencé en Conil de la Frontera, seguí la costa después hasta cerca de Tarifa y desde allí tomé el GR-7 hacia Andorra. Algo más de tres mil kilómetros; no los conté. Una desmesura de camino que me proporcionó la oportunidad de encontrarme conmigo y con un buen manojo de reflexiones que deseo compartir con estas líneas que siguen.
Caminar a lo largo y a lo ancho de España es una afición que se ha convertido en una necesidad. En esta ocasión se trataba de recorrerla de sur a norte. Por otra parte, escribir mientras camino fue una pasión que tomó forma ya hace muchos años. Me sucede con frecuencia que, estando ayuno de ganas de hacerlo, nada más ponerme en camino, la necesidad de escribir aparece como por encanto en el mismo instante en que mis pies empiezan a hollar un sendero. ¿La vida del caminante, lo que le trae a la cabeza el camino al que atraviesa un páramo, escala una montaña, recorre un sombrío hayedo, acompaña junto a los acantilados la inmensidad del mar, no es acaso una parte sustancial del caminar? ¿No es una de las razones de nuestro caminar esa sensación que perseguimos de sentir el flujo interior bullir dentro de uno?
En la edición electrónica de este libro se pueden seguir los vínculos que llevan al blog originario y a las imágenes que le acompañaron: http://caminarcadadia.blogspot.com/search/label/GR-7