"50 ciudades musicales" es una novela vertiginosa, un on the road que funciona como una rockola inesperada para varios personajes a la deriva.
Del Río de la Plata al Ebro, un juego de la oca musical que nos hace viajar del frío patagónico al calor lisérgico del desierto aragonés. La lista de ciudades, de casilleros, no es al azar. Dos meses y una semana del que solo queda una libreta con anotaciones de varias historias que se cruzan en autos, aviones, aeropuertos y lugares tan distantes como New York, Nairobi y San Petersburgo.
"50 ciudades musicales" es la historia de Joy, Alina, Lara, Victoria, John y otros tantos personajes en un viaje que cambiará sus vidas, con el fondo de una banda sonora de bandas con nombres de ciudades.
Nota del autor: En el año 0, como algunos le llamaron al año 2000 de nuestra era, una conocida editorial financió una serie de estadías de escritores en ciudades en las que nunca habían vivido. Roberto Bolaño escribió sobre Roma, Rodrigo Fresán sobre México DF y la lista es más larga y curiosa de lo que se imaginan. Uno que salió por cuenta propia fue el francés Michel Houellebecq, quien escribió un relato sobre Lanzarote que es –ni más ni menos- el embrión de las obsesiones de sus futuras novelas: turismo sexual, pedofilia, fundamentalismo islámico, clonación, arte contemporáneo y arquitectura. No voy a exponer aquí la forma de financiación que conté para este caprichoso viaje. Solo se me pidió que escribiera 1000 caracteres en cada una de las 50 ciudades en las que debía dormir, por lo menos una noche y nunca más que dos. El resto fue viaje, paisaje móvil, música líquida que se escurrió por mis oídos adictos a canciones con nombres de ciudades. Entre mis inspiraciones, no puedo dejar de mencionar a Agustín Fernández Mallo y sus intrigantes “nocillas”.
Del Río de la Plata al Ebro, un juego de la oca musical que nos hace viajar del frío patagónico al calor lisérgico del desierto aragonés. La lista de ciudades, de casilleros, no es al azar. Dos meses y una semana del que solo queda una libreta con anotaciones de varias historias que se cruzan en autos, aviones, aeropuertos y lugares tan distantes como New York, Nairobi y San Petersburgo.
"50 ciudades musicales" es la historia de Joy, Alina, Lara, Victoria, John y otros tantos personajes en un viaje que cambiará sus vidas, con el fondo de una banda sonora de bandas con nombres de ciudades.
Nota del autor: En el año 0, como algunos le llamaron al año 2000 de nuestra era, una conocida editorial financió una serie de estadías de escritores en ciudades en las que nunca habían vivido. Roberto Bolaño escribió sobre Roma, Rodrigo Fresán sobre México DF y la lista es más larga y curiosa de lo que se imaginan. Uno que salió por cuenta propia fue el francés Michel Houellebecq, quien escribió un relato sobre Lanzarote que es –ni más ni menos- el embrión de las obsesiones de sus futuras novelas: turismo sexual, pedofilia, fundamentalismo islámico, clonación, arte contemporáneo y arquitectura. No voy a exponer aquí la forma de financiación que conté para este caprichoso viaje. Solo se me pidió que escribiera 1000 caracteres en cada una de las 50 ciudades en las que debía dormir, por lo menos una noche y nunca más que dos. El resto fue viaje, paisaje móvil, música líquida que se escurrió por mis oídos adictos a canciones con nombres de ciudades. Entre mis inspiraciones, no puedo dejar de mencionar a Agustín Fernández Mallo y sus intrigantes “nocillas”.