NOVELA HISTÓRICA:
Temas: ceguera, música (instrumentos, compositores, músicos, antigüedades), Francia siglo XIX, Inquisición y metafísica.
A finales del siglo XIX en una zona de Languedoc al sur de Francia, de padres vinicultores nació una niña ciega, Medea. Con sensibilidad y amor, la madre se convierte en los
ojos que no pudo dar a su hija. Medea crece como cualquier niña hasta que su
hermano menor aprende a caminar y ella descubre que era la única ciega en casa.
Un año después de iniciada la Primera Guerra Mundial, la madre de Medea recibe una carta de su hermano anunciándole que a su muerte heredará a Medea su tienda de antigüedades
musicales. Cuando Medea se entera de la noticia, tiene diecinueve años y veinte
al dejar su natal Narbonne para ir a vivir a Béziers donde se encuentra la
tienda y la casa del tío que no conoció. Ninguno de sus padres vive lo
suficiente para ver realizada la voluntad de su pariente y acompañar a Medea en
el difícil trance. Jerôme, el hermano, un joven de dieciséis años, convalece en
un hospital de París de las heridas sufridas en la Batalla de Yprés, en el
frente occidental.
Además de la ceguera de nacimiento, Medea carga con el peso del analfabetismo que a su llegada a Béziers entorpece sus aspiraciones. Con el cadáver de su tío aguardándola en la tienda, se enfrenta a un mundo hostil y ajeno. Para complicar su transición, tiene que enfrentar constantemente la intrusión del Sr. Paeck, el hombre que apenas al llegar la
encierra en la tienda y se adueña de las llaves.
Con el descubrimiento de los instrumentos musicales a la venta y las relaciones que entabla con los clientes que la visitan de todas partes, además de calibrar la dimensión de su
ignorancia, despierta a una realidad mágica regida por los sonidos que emiten los metales, alientos y cuerdas.
Temas: ceguera, música (instrumentos, compositores, músicos, antigüedades), Francia siglo XIX, Inquisición y metafísica.
A finales del siglo XIX en una zona de Languedoc al sur de Francia, de padres vinicultores nació una niña ciega, Medea. Con sensibilidad y amor, la madre se convierte en los
ojos que no pudo dar a su hija. Medea crece como cualquier niña hasta que su
hermano menor aprende a caminar y ella descubre que era la única ciega en casa.
Un año después de iniciada la Primera Guerra Mundial, la madre de Medea recibe una carta de su hermano anunciándole que a su muerte heredará a Medea su tienda de antigüedades
musicales. Cuando Medea se entera de la noticia, tiene diecinueve años y veinte
al dejar su natal Narbonne para ir a vivir a Béziers donde se encuentra la
tienda y la casa del tío que no conoció. Ninguno de sus padres vive lo
suficiente para ver realizada la voluntad de su pariente y acompañar a Medea en
el difícil trance. Jerôme, el hermano, un joven de dieciséis años, convalece en
un hospital de París de las heridas sufridas en la Batalla de Yprés, en el
frente occidental.
Además de la ceguera de nacimiento, Medea carga con el peso del analfabetismo que a su llegada a Béziers entorpece sus aspiraciones. Con el cadáver de su tío aguardándola en la tienda, se enfrenta a un mundo hostil y ajeno. Para complicar su transición, tiene que enfrentar constantemente la intrusión del Sr. Paeck, el hombre que apenas al llegar la
encierra en la tienda y se adueña de las llaves.
Con el descubrimiento de los instrumentos musicales a la venta y las relaciones que entabla con los clientes que la visitan de todas partes, además de calibrar la dimensión de su
ignorancia, despierta a una realidad mágica regida por los sonidos que emiten los metales, alientos y cuerdas.