El filósofo Bertrand Russell dijo que el trabajo consiste en mover materia en el espacio. Hacer una ensalada, ensamblar una silla o construir un auto es en el fondo el mismo proceso de colocar insumos en una configuración deseada. ¿Qué pasaría si tuviésemos una maquina universal de mover materia en el espacio? ¿Cuáles serían la consecuencias en el largo plazo para la sociedad, la economía y la política?
Con el rápido desarrollo de la tecnología de impresión 3D estamos cada vez más cerca de tener esta maquina universal que puede construir cualquier producto a base de diseños digitales. Los productos ya no van a ir de un país a otro en camiones y barcos transatlánticos sino que van a viajar en una fracción de segundo a través de la red. ¿Qué significaría tener fronteras en un mundo donde se puede bajar cosas físicas al igual que hoy bajamos música en MP3? ¿Qué pasaría con el liderazgo económico de China cuando empresas multinacionales puedan imprimir sus productos directamente en las tiendas, en el barrio del consumidor final? ¿Cómo cambiaría la naturaleza del mundo laboral cuando ya no necesitemos cadenas de ensamblaje y manufactura? ¿Qué tipos de habilidades se van a valorar? ¿Qué habilidades nuevas vale la pena aprender?
Estamos en vísperas de una revolución que va a transformar el mundo igual o más que la revolución industrial. El invento de las maquinas a vapor borró el valor de la fuerza bruta y cambió para siempre la naturaleza de nuestra economía y nuestra sociedad. Las impresoras 3D van mucho más allá, ya que estas maquinas van a liberarnos de todos los trabajos que son repetitivos y monótonos.
El matemático Alan Turing, padre de la Edad Digital, decía acerca de la programación que "este trabajo nunca puede ser aburrido, porque si es algo puramente mecánico, la maquina misma lo puede hacer." Con la tecnología de impresión 3D, el mundo físico y el mundo digital están fusionando con profundas consecuencias que de nuevo van a redefinir el concepto de trabajo y de valor. El que entienda las fuerzas de este nuevo mundo va a sobrevivir y a prosperar.
Editorial Baikal
Con el rápido desarrollo de la tecnología de impresión 3D estamos cada vez más cerca de tener esta maquina universal que puede construir cualquier producto a base de diseños digitales. Los productos ya no van a ir de un país a otro en camiones y barcos transatlánticos sino que van a viajar en una fracción de segundo a través de la red. ¿Qué significaría tener fronteras en un mundo donde se puede bajar cosas físicas al igual que hoy bajamos música en MP3? ¿Qué pasaría con el liderazgo económico de China cuando empresas multinacionales puedan imprimir sus productos directamente en las tiendas, en el barrio del consumidor final? ¿Cómo cambiaría la naturaleza del mundo laboral cuando ya no necesitemos cadenas de ensamblaje y manufactura? ¿Qué tipos de habilidades se van a valorar? ¿Qué habilidades nuevas vale la pena aprender?
Estamos en vísperas de una revolución que va a transformar el mundo igual o más que la revolución industrial. El invento de las maquinas a vapor borró el valor de la fuerza bruta y cambió para siempre la naturaleza de nuestra economía y nuestra sociedad. Las impresoras 3D van mucho más allá, ya que estas maquinas van a liberarnos de todos los trabajos que son repetitivos y monótonos.
El matemático Alan Turing, padre de la Edad Digital, decía acerca de la programación que "este trabajo nunca puede ser aburrido, porque si es algo puramente mecánico, la maquina misma lo puede hacer." Con la tecnología de impresión 3D, el mundo físico y el mundo digital están fusionando con profundas consecuencias que de nuevo van a redefinir el concepto de trabajo y de valor. El que entienda las fuerzas de este nuevo mundo va a sobrevivir y a prosperar.
Editorial Baikal