Recuerdos agridulces, una vida no muy típica con experiencias más que típicas, una historia personal y familiar envenenada por el régimen comunista pero con la parte clara de sus claroscuros extrañamente luminosa.
Un mosaico de apuntes que se pueda leer de arriba abajo, de atrás adelante, de izquierda a derecha, desde el principio hasta el final o, valga el pareado, en diagonal.
La URSS: un régimen tan decrépito como sus líderes, un país donde lo que había sido macabro se va convirtiendo en una farsa.
Leningrado. Los gobernantes del imperio soviético no se atreven a pisar esta antigua capital del imperio anterior. La mayoría de la población posee título universitario y no suele permanecer indiferente ante los disparates políticos.
Una universidad, una facultad elitista y libertaria donde faltan unos libros y se ocultan otros, el rectorado prohíbe admitir a los judíos y los profesores se permiten explicar el fracaso del socialismo real, los estudiantes lucen los últimos modelitos occidentales y a veces se suicidan.
Intourist, la empresa estatal de turismo extranjero que obliga a sus guías a calumniar a los visitantes occidentales.
Y en el seno de una familia, un chekista ascendido a mafioso no quiere perdonar a su cuñado masón su dinero e influencias.
Y un gato.
Experiencias personales vagamente ordenadas por orden cronológico se mezclan con sucesos esperpénticos de mayor calado, con anécdotas y observaciones personales.
Y en todo momento, la similitud entre los aspectos más diversos de la vida en la URSS del reciente pasado y la realidad de la España de hoy.
¿Vengo del futuro?, se pregunta la narradora.
Y vez tras vez, responde: sí, vengo del futuro.
Un mosaico de apuntes que se pueda leer de arriba abajo, de atrás adelante, de izquierda a derecha, desde el principio hasta el final o, valga el pareado, en diagonal.
La URSS: un régimen tan decrépito como sus líderes, un país donde lo que había sido macabro se va convirtiendo en una farsa.
Leningrado. Los gobernantes del imperio soviético no se atreven a pisar esta antigua capital del imperio anterior. La mayoría de la población posee título universitario y no suele permanecer indiferente ante los disparates políticos.
Una universidad, una facultad elitista y libertaria donde faltan unos libros y se ocultan otros, el rectorado prohíbe admitir a los judíos y los profesores se permiten explicar el fracaso del socialismo real, los estudiantes lucen los últimos modelitos occidentales y a veces se suicidan.
Intourist, la empresa estatal de turismo extranjero que obliga a sus guías a calumniar a los visitantes occidentales.
Y en el seno de una familia, un chekista ascendido a mafioso no quiere perdonar a su cuñado masón su dinero e influencias.
Y un gato.
Experiencias personales vagamente ordenadas por orden cronológico se mezclan con sucesos esperpénticos de mayor calado, con anécdotas y observaciones personales.
Y en todo momento, la similitud entre los aspectos más diversos de la vida en la URSS del reciente pasado y la realidad de la España de hoy.
¿Vengo del futuro?, se pregunta la narradora.
Y vez tras vez, responde: sí, vengo del futuro.