Porcelanosa es hoy un auténtico emporio. Lo que hace cuatro décadas nació como una fábrica de azulejos es un holding con ramificaciones en casi un centenar de empresas, que van desde minas en un pequeño pueblo gallego a inmobiliarias en Estados Unidos. A la pequeña ciudad levantada en el municipio castellonense de Vila-real acuden diariamente cerca de tres mil trabajadores.
Con unas ventas que llegaron a superar los mil millones de euros en la época de bonanza económica, lo que distingue a Porcelanosa es el prestigio que ha conseguido fabricando azulejos. El éxito de los socios Soriano y Colonques no solo estriba en fabricar un buen producto, sino en haberlo transformado en un elemento de decoración y, por tanto, de distinción. Más aún con el apoyo de una embajadora como es Isabel Preysler.
En este libro se cuenta la historia humana y empresarial de una marca española que ha conquistado palacios, desde los humildes orígenes en la Casa el Lloro a comienzos del siglo XX a compartir mesa y mantel con el príncipe Carlos de Inglaterra.