A lo largo de su carrera política, Aníbal Domingo Fernández transitó con
la misma convicción el menemismo, el duhaldismo y el kirchnerismo. Es el
arquetipo del dirigente que es capaz de pasar de la derecha a la
izquierda del peronismo sin ruborizarse.
El aplaudidor es la primera biografía que cuenta quién es realmente el
actual senador que encarna la espada mediática del kirchnerismo y está
detrás de su audaz e infranqueable verborragia. Promotor del voto a los
16 años, de Fútbol para todos y de la Ley de Medios, también estuvo a
cargo de las fuerzas de seguridad de la Argentina durante un período al
que algunos llaman "Anibalandia", años en los que se acrecentaron los
índices de consumo de drogas y trata de personas. Sueña con ser
presidente de la Asociación del Fútbol Argentino y juró hasta el
cansancio que Guido Antonini Wilson, el protagonista del escándalo de la
valija, nunca había estado en la Casa Rosada, hasta que un video lo dejó
en ridículo. Dueño de un discurso que parece invencible, sin embargo,
este libro demuestra que incumplió muchas de las promesas de mejorar la
calidad institucional, como el juicio por jurado o las listas sábanas.
la misma convicción el menemismo, el duhaldismo y el kirchnerismo. Es el
arquetipo del dirigente que es capaz de pasar de la derecha a la
izquierda del peronismo sin ruborizarse.
El aplaudidor es la primera biografía que cuenta quién es realmente el
actual senador que encarna la espada mediática del kirchnerismo y está
detrás de su audaz e infranqueable verborragia. Promotor del voto a los
16 años, de Fútbol para todos y de la Ley de Medios, también estuvo a
cargo de las fuerzas de seguridad de la Argentina durante un período al
que algunos llaman "Anibalandia", años en los que se acrecentaron los
índices de consumo de drogas y trata de personas. Sueña con ser
presidente de la Asociación del Fútbol Argentino y juró hasta el
cansancio que Guido Antonini Wilson, el protagonista del escándalo de la
valija, nunca había estado en la Casa Rosada, hasta que un video lo dejó
en ridículo. Dueño de un discurso que parece invencible, sin embargo,
este libro demuestra que incumplió muchas de las promesas de mejorar la
calidad institucional, como el juicio por jurado o las listas sábanas.
