También los salesianos tenemos la necesidad social de la lucha contra el olvido. Se trata, pues, aquí y ahora, de «construir el pasado» y «abrir el porvenir». Somos lo que recordamos, como también somos el olvido que seremos. Don Bosco en estas Memorias no se propone explicar su mundo, sino crearlo. Don Bosco no es un intelectual, sino un sentidor. Don Bosco no quiere que sus personajes sean «reales» del todo, «verídicos» del todo, reconstruidos y acabados, sino que en estas Memorias les da un toque de biografía hasta crear un mundo propio, abierto, crecedero. No pretende servir de biógrafo a los primeros salesianos sino que los salesianos le sirvan a él como personajes pintados, a los que amar.
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