Trato de describir aquí las vivencias durante el periodo de vigilancia, de 10 años, que es normal para situaciones como la que me tocó vivir, tanto y mas habida cuenta del elevado índice de recidivas que existen en estos casos. Intento llevar al ánimo del lector que siendo una enfermedad muy grave, lo peor de todo, es descomponerse, desasosegarse, darlo todo por perdido, abandonarse y no ser capaz de dirigir sus pasos en sentidos que puede ser que sean controvertidos, pero que si son sus decisiones contrastadas y sopesadas al máximo, deberían tener algo bueno. Hay que escuchar el consejo médico, debatirlo, pensarlo y preguntar lo necesario, pero no se puede obedecer ciegamente, sin mas consultas y sin explorar otras posibilidades. Que es grave nadie lo duda, pero no permita que su mente colabore con esa misma enfermedad, destruyendo su sistema inmune, destruyéndole a usted, quitándole todas sus fuerzas para combatir, pelear, luchar. Es su vida la que está en juego y no todo lo que es oficial es adecuado. Recuerden que alrededor de esta enfermedad hay mucho, muchísimo, dinero en juego, se vende muchísimo humo, se ignoran deliberadamente o por desconocimiento, otras posibilidades mejores y mas eficaces, pero mas baratas y menos invasivas. De ustedes, solo de ustedes, depende una correcta orientación. Vayan mis mejores deseos a todos lo que se encuentren en situaciones similares a las mías, que no he querido, deliberadamente, enfatizar más, para no resultar dramático. Se, por propia experiencia, que son situaciones duras, muy duras, pero superables.
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