Sara Aldrete, por primera vez tras varios años de encierro en el reclusorio Femenil Oriente, ha decidido contar la historia de los narcosatánicos y su propia historia. Con una prosa ágil, incisiva e inteligente, no desprovista de humor aunque lacerada por el dolor y la angustia, Aldrete narra cómo conoció al cubano Adolfo de Jasús Constanzo El Padrino y a los demás miembros de la secta santera, acusada de 13 homicidios, descuartizamiento de cadáveres, brujería y una larga lista de delitos que dieron lugar a uno de los casos má célebres y extraños del crimen en México.
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