Tres momentos cruciales de nuestro posible futuro. Tres encrucijadas. Tres situaciones que pueden marcar para siempre el destino de la humanidad. Tres magníficas novelas cortas de la mano de uno de los maestros indiscutibles de la ciencia ficción española.
La piel del camaleón: El primer contacto con una especie alienígena. El momento en que descubrimos que no estamos solos en el universo. Si a menudo no somos capaces de comprendernos a nosotros mismos, ¿es posible comprender a otra especie, tan diferente a la nuestra que su percepción del universo es radicalmente distinta a la nuestra?
La soledad de la máquina: El largo viaje a las estrellas. Una tripulación que duerme un sueño casi eterno en sus unidades de hibernación mientras el ordenador supervisa, casi como un dios, que todo esté en su sitio y no haya incidentes. Dueño y señor de cuanto contempla, pero también solo y aislado de todo. ¿Puede una máquina sentir la mordedura ardiente de la soledad? Y, de ser así, ¿cómo reacciona ante ella?
El primer día de la eternidad: La llegada a un nuevo mundo. Tras setecientos años de viaje, la nave Diáspora 32 por fin encuentra un planeta habitable y se prepara para cumplir su propósito. Pero en esos setecientos años, a medida que una generación tras otra se iba sucediendo en la nave, muchas cambios han tenido lugar en la mente de la tripulación. Acostumbrados al útero artificial de la nave, ¿podrán los colonos vivir de nuevo en la superficie de un planeta?
La piel del camaleón: El primer contacto con una especie alienígena. El momento en que descubrimos que no estamos solos en el universo. Si a menudo no somos capaces de comprendernos a nosotros mismos, ¿es posible comprender a otra especie, tan diferente a la nuestra que su percepción del universo es radicalmente distinta a la nuestra?
La soledad de la máquina: El largo viaje a las estrellas. Una tripulación que duerme un sueño casi eterno en sus unidades de hibernación mientras el ordenador supervisa, casi como un dios, que todo esté en su sitio y no haya incidentes. Dueño y señor de cuanto contempla, pero también solo y aislado de todo. ¿Puede una máquina sentir la mordedura ardiente de la soledad? Y, de ser así, ¿cómo reacciona ante ella?
El primer día de la eternidad: La llegada a un nuevo mundo. Tras setecientos años de viaje, la nave Diáspora 32 por fin encuentra un planeta habitable y se prepara para cumplir su propósito. Pero en esos setecientos años, a medida que una generación tras otra se iba sucediendo en la nave, muchas cambios han tenido lugar en la mente de la tripulación. Acostumbrados al útero artificial de la nave, ¿podrán los colonos vivir de nuevo en la superficie de un planeta?