La Tierra del futuro ya no es habitable, y la humanidad se ha mudado a colonias satélites alrededor del viejo mundo. En su esfuerzo por sobrevivir, ha conocido a otras cuatro especies inteligentes, con las que ha establecido alianzas de cooperación científica y comercio. Esos lazos, sin embargo, están envueltos en secretos y apariencias que cada lado guarda con nervioso temor.
Los narvinos, seres de origen vegetal, son los principales socios comerciales de la Tierra, aunque su biología puede volverlos tan peligrosos como los agresivos arui, que viven en franca competencia con el resto del universo conocido. Los brodemeses han prometido la ayuda de su poderosa tecnología, aunque ya una vez intentaron levantar a los vogultos de su atraso, y no está claro si tuvieron éxito...
La civilización de la Tierra ha entrado en la Quinta Edad de Fuego, y con su capacidad de producción todavía recuperándose de las secuelas de una antigua catástrofe, la información se ha convertido en la mercancía más valiosa y en la misma moneda de cambio. Los habitantes del universo de Ignoramus viven en actitud de vigilancia perpetua sobre sus propios pensamientos, deseosos, aunque incapaces, de llegar algún día a observarse plenamente a sí mismos.
Los narvinos, seres de origen vegetal, son los principales socios comerciales de la Tierra, aunque su biología puede volverlos tan peligrosos como los agresivos arui, que viven en franca competencia con el resto del universo conocido. Los brodemeses han prometido la ayuda de su poderosa tecnología, aunque ya una vez intentaron levantar a los vogultos de su atraso, y no está claro si tuvieron éxito...
La civilización de la Tierra ha entrado en la Quinta Edad de Fuego, y con su capacidad de producción todavía recuperándose de las secuelas de una antigua catástrofe, la información se ha convertido en la mercancía más valiosa y en la misma moneda de cambio. Los habitantes del universo de Ignoramus viven en actitud de vigilancia perpetua sobre sus propios pensamientos, deseosos, aunque incapaces, de llegar algún día a observarse plenamente a sí mismos.