Cuando se llega a la mitad de una era, es el tiempo correcto para replantearse el pasado y construir el futuro. Quien a tiempo comprende su existencia, da borrón y cuenta nueva.
“Y mientras los hombres estaban ocupados matándose los unos a los otros, sacando todo el resentimiento que durante años había estado dormido, se olvidaron de que el planeta les cobraría todo lo que durante años le quitaron. Con la resaca de la guerra aun latente, las tempestades naturales azotaban con ferocidad sus vidas como nunca antes lo habían hecho, las estaciones eran volubles, inundaciones donde antes había desierto, sequias donde antes la abundancia era inmutable. Quizá el mundo dándose cuenta de que tan grande podía ser la maldad humana, decidió ponerle fin y colapsó”.
“Y mientras los hombres estaban ocupados matándose los unos a los otros, sacando todo el resentimiento que durante años había estado dormido, se olvidaron de que el planeta les cobraría todo lo que durante años le quitaron. Con la resaca de la guerra aun latente, las tempestades naturales azotaban con ferocidad sus vidas como nunca antes lo habían hecho, las estaciones eran volubles, inundaciones donde antes había desierto, sequias donde antes la abundancia era inmutable. Quizá el mundo dándose cuenta de que tan grande podía ser la maldad humana, decidió ponerle fin y colapsó”.