Sobre Juan Prim se han escrito un gran número de biografías donde enmarcan la calidad del catalán como militar o político. La principal característica de este texto es de ser una de las primeras obras escritas sobre el conde de Reus, publicada en 1860, y hacerlo sin descuidar ninguno de estos aspectos de su vida.
Juan Prim, quien habría de llegar a ser capitán general de los ejércitos de España, comenzó su carrera enlistándose como un simple soldado en un cuerpo de voluntarios que era capitaneado por su propio padre. Sin embargo, la temprana muerte de su padre obligaría a Prim a destacar en la carrera de las armas por méritos propios y lo conseguiría en gran medida gracias a las guerras carlistas, en ellas habría de tener más de treinta acciones de guerra y le permitiría alcanzar todos los galones para obtener el grado de coronel. Sin embargo, el hecho de haberse enlistado en un cuerpo de voluntarios y el de ser sólo un coronel efectivo habrían de presionar al de Reus para incursionar en la carrera política. Así, gracias a su valor y a su papel de diputado por Tarragona, obtenido en 1841, pudo asegurar su nombramiento como coronel dentro del ejército pero más importante aún le llevaría a codearse con los miembros del Partido Progresista que le habría de marcar de por vida.
De esta forma y de la mano de políticos como Leopoldo O'Donnell o militares como Baldomero Espartero, Prim habría de desarrollar un pensamiento complejo que le habría de retratar los grandes problemas que sufría su natal Cataluña, y que desde luego empataban con las grandes peticiones del liberalismo secular. Pero esta empatía habría de alejarlo de los liberales moderados e incluso su choque con el duque de la Victoria tras el bombardeo a Barcelona en noviembre de 1842, habrían de convertirlo en un miembro de una montaraz oposición que lo habría de traer entre el exilio político, la corte marcial, la prisión, el indulto y de nueva cuenta el parlamento.
El texto escrito por Francisco Giménez refleja en gran medida estos dos aspectos de la vida de Prim, a través del detenido análisis de correspondencias, discursos y notas periodísticas que no duda en transcribir para ofrecer al lector una mirada a la España de mediados del siglo XIX. Se ampara en una objetividad que le da el no tratar directamente con Prim, sin embargo no deja de festejar los logros del de Reus o de azuzar a sus críticos. Sin embargo es precisamente este acercamiento el que nos permite conocer como pensaba la España progresista.
Esta edición además de mantener las once láminas grabadas en acero del texto de 1860 ha adicionado mapas, retratos y aún caricaturas que permiten al lector envolverse de la atmósfera de una nación en construcción, conociendo el contexto que les rodeaba y palpando en sus propios ojos un mundo agitado, confuso pero hermoso.
Juan Prim, quien habría de llegar a ser capitán general de los ejércitos de España, comenzó su carrera enlistándose como un simple soldado en un cuerpo de voluntarios que era capitaneado por su propio padre. Sin embargo, la temprana muerte de su padre obligaría a Prim a destacar en la carrera de las armas por méritos propios y lo conseguiría en gran medida gracias a las guerras carlistas, en ellas habría de tener más de treinta acciones de guerra y le permitiría alcanzar todos los galones para obtener el grado de coronel. Sin embargo, el hecho de haberse enlistado en un cuerpo de voluntarios y el de ser sólo un coronel efectivo habrían de presionar al de Reus para incursionar en la carrera política. Así, gracias a su valor y a su papel de diputado por Tarragona, obtenido en 1841, pudo asegurar su nombramiento como coronel dentro del ejército pero más importante aún le llevaría a codearse con los miembros del Partido Progresista que le habría de marcar de por vida.
De esta forma y de la mano de políticos como Leopoldo O'Donnell o militares como Baldomero Espartero, Prim habría de desarrollar un pensamiento complejo que le habría de retratar los grandes problemas que sufría su natal Cataluña, y que desde luego empataban con las grandes peticiones del liberalismo secular. Pero esta empatía habría de alejarlo de los liberales moderados e incluso su choque con el duque de la Victoria tras el bombardeo a Barcelona en noviembre de 1842, habrían de convertirlo en un miembro de una montaraz oposición que lo habría de traer entre el exilio político, la corte marcial, la prisión, el indulto y de nueva cuenta el parlamento.
El texto escrito por Francisco Giménez refleja en gran medida estos dos aspectos de la vida de Prim, a través del detenido análisis de correspondencias, discursos y notas periodísticas que no duda en transcribir para ofrecer al lector una mirada a la España de mediados del siglo XIX. Se ampara en una objetividad que le da el no tratar directamente con Prim, sin embargo no deja de festejar los logros del de Reus o de azuzar a sus críticos. Sin embargo es precisamente este acercamiento el que nos permite conocer como pensaba la España progresista.
Esta edición además de mantener las once láminas grabadas en acero del texto de 1860 ha adicionado mapas, retratos y aún caricaturas que permiten al lector envolverse de la atmósfera de una nación en construcción, conociendo el contexto que les rodeaba y palpando en sus propios ojos un mundo agitado, confuso pero hermoso.