Se puede modificar el genoma de un animal, una planta o un microorganismo, convirtiéndose en un organismo modificado genéticamente. A los animales o plantas modificados genéticamente se les da el nombre de organismos transgénicos. Las plantas transgénicas pueden desplazar a las plantas autóctonas y pasar sus genes a otras especies silvestres o a los cultivos tradicionales. Podría surgir maleza resistente a los herbicidas o bacterias con genes resistentes a los antibióticos.
Nuevos avances en genética suceden en el mundo, éxitos en la compresión del genoma nos llevan a definir con precisión la función de los 20,000 genes que forman nuestro genoma. De aquellos que nunca mutan se piensa que son los que necesitamos de manera imprescindible para vivir.
La ciencia cada día da muestras de sus avance al ir decodificando uno tras otro la secuencia de algún ser vivo, esto sucede siempre en una dirección, que es la de secuenciar siempre a un ser vivo más complicado que el anterior.
Esta sucesión de decodificaciones ha llevado a los científicos a marcar hitos tal como la creación del genoma viable más pequeño que puede existir en la naturaleza. Estos avances nos llevan a la posibilidad de convertir en realidad la creación de especies nuevas de seres vivos.
Tan solo China, hasta comienzos del 2016, ha producido 786 genomas de plantas y animales que les sirven de referencia para intentar entender la relación de los genes con el ambiente.
El incursionar repetidas veces en los genomas de distintas especies, nos ha llevado a localizar a personas inmunes a ciertas enfermedades. Millones de años de evolución han generado muchos más mecanismos de defensa de los que conocemos actualmente. La caracterización de las complejidades de nuestro genoma identificará elementos que podrían proteger la salud de maneras que no imaginamos. Por tanto, es fácil deducir que nuestros constantes avances en el conocimiento del genoma nos van a llevar a un desarrollo sin precedente en la cura de enfermedades.
Es relevante como se está llegando a tal punto en la comprensión del genoma que ya se escuchan voces como la del jefe de genética del Instituto de Antropología Evolutiva de Leipzig, quien manifestó su intención de resucitar al hombre de neandertal. Lo que antes hubiese sido tomado muy a la ligera ahora en cambio hay que escucharlo con atención, pues muchos entendemos que esto es una propuesta viable.
Es un hecho que muchos humanos modernos llevan en su código genético hasta 4% del ADN de los neandertales. Pero, un estudio internacional, de la Escuela de Medicina de la Universidad de Stanford, ha revelado que el cromosoma Y neandertal -el paquete genético que se transmite de padres a hijos- no está presente en las poblaciones modernas.
Se cree que es posible que ese cromosoma circulara inicialmente en el código genético de los humanos modernos, pero se perdiera, al azar, con el paso de los milenios. Otra posibilidad es que los genes de ese cromosoma fueran incompatibles con otros genes del 'Homo sapiens'.
Los avances en la comprensión de las células lleva a descubrimientos que abre un nuevo panorama ante nosotros tal como el hallazgo de un tipo de antioxidante, que tiene un impacto en las mitocondrias, la parte de la producción de energía de las células, el principal causante del envejecimiento. Las mitocondrias son las culpables de los ataques al corazón, vinculadas a enfermedades como el alzhéimer y el párkinson. Esto puede darnos una seria pauta en la relación que existe entre envejecimiento, y una serie de enfermedades tales como las que acabamos de mencionar.
Mención especial merecen las células madre las cuales se encuentran en todos los organismos multicelulares y que tienen la capacidad de dividirse y diferenciarse en diversos tipos de células especializadas, además de renovarse para producir más células madre y que abren todo un mundo de posibilidades ante nosotros y que prometen toda una revolución en la medicina.
Nuevos avances en genética suceden en el mundo, éxitos en la compresión del genoma nos llevan a definir con precisión la función de los 20,000 genes que forman nuestro genoma. De aquellos que nunca mutan se piensa que son los que necesitamos de manera imprescindible para vivir.
La ciencia cada día da muestras de sus avance al ir decodificando uno tras otro la secuencia de algún ser vivo, esto sucede siempre en una dirección, que es la de secuenciar siempre a un ser vivo más complicado que el anterior.
Esta sucesión de decodificaciones ha llevado a los científicos a marcar hitos tal como la creación del genoma viable más pequeño que puede existir en la naturaleza. Estos avances nos llevan a la posibilidad de convertir en realidad la creación de especies nuevas de seres vivos.
Tan solo China, hasta comienzos del 2016, ha producido 786 genomas de plantas y animales que les sirven de referencia para intentar entender la relación de los genes con el ambiente.
El incursionar repetidas veces en los genomas de distintas especies, nos ha llevado a localizar a personas inmunes a ciertas enfermedades. Millones de años de evolución han generado muchos más mecanismos de defensa de los que conocemos actualmente. La caracterización de las complejidades de nuestro genoma identificará elementos que podrían proteger la salud de maneras que no imaginamos. Por tanto, es fácil deducir que nuestros constantes avances en el conocimiento del genoma nos van a llevar a un desarrollo sin precedente en la cura de enfermedades.
Es relevante como se está llegando a tal punto en la comprensión del genoma que ya se escuchan voces como la del jefe de genética del Instituto de Antropología Evolutiva de Leipzig, quien manifestó su intención de resucitar al hombre de neandertal. Lo que antes hubiese sido tomado muy a la ligera ahora en cambio hay que escucharlo con atención, pues muchos entendemos que esto es una propuesta viable.
Es un hecho que muchos humanos modernos llevan en su código genético hasta 4% del ADN de los neandertales. Pero, un estudio internacional, de la Escuela de Medicina de la Universidad de Stanford, ha revelado que el cromosoma Y neandertal -el paquete genético que se transmite de padres a hijos- no está presente en las poblaciones modernas.
Se cree que es posible que ese cromosoma circulara inicialmente en el código genético de los humanos modernos, pero se perdiera, al azar, con el paso de los milenios. Otra posibilidad es que los genes de ese cromosoma fueran incompatibles con otros genes del 'Homo sapiens'.
Los avances en la comprensión de las células lleva a descubrimientos que abre un nuevo panorama ante nosotros tal como el hallazgo de un tipo de antioxidante, que tiene un impacto en las mitocondrias, la parte de la producción de energía de las células, el principal causante del envejecimiento. Las mitocondrias son las culpables de los ataques al corazón, vinculadas a enfermedades como el alzhéimer y el párkinson. Esto puede darnos una seria pauta en la relación que existe entre envejecimiento, y una serie de enfermedades tales como las que acabamos de mencionar.
Mención especial merecen las células madre las cuales se encuentran en todos los organismos multicelulares y que tienen la capacidad de dividirse y diferenciarse en diversos tipos de células especializadas, además de renovarse para producir más células madre y que abren todo un mundo de posibilidades ante nosotros y que prometen toda una revolución en la medicina.