¿Cómo se ha originado esta crisis? ¿Hay algún afectado por ella? ¿Qué día del mes que viene va, por fin, a acabarse? ¿PodemosA culpabilizar a alguien más bajito, y tratar por ello de sacar algún rédito? Estas y otras acertadas preguntas tienen cumplida respuesta en cualquier gañán al que se le pregunte, sea o no sea economista, siempre que se le aborde de manera conveniente. Nosotros hemos optado por éste, que responde a todo como si supiera de lo que habla y además paga al contado. De esta manera nos enteramos de que la crisis mundial tuvo su origen en la banca norteamericana pero cuya primacía estuvimos a punto de arrebatar con nuestra propia crisis inmobiliaria, una formidable burbuja que es la envidia de Europa y por la que seremos recordados casi tanto o más que por los triunfos de la Roja o los villanos de Bardem. También nos adentraremos en los arcanos de la economía, un mundo proceloso del que las altas esferas procuran mantenernos al margen para así beneficiarse de nuestra ignorancia y nuestros ahorrillos. Está pretensión está completamente a salvo con la lectura atenta de este libro, pero al menos habremos avanzado lo suficiente en la comprensión de lo que no debería hacerse a la hora de confiar nuestro dinero a desconocidos que nos lo reclaman en mesitas plegables con cubiletes de plástico o marmóreos vestíbulos con empleados sonrientes.
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