No es solo un libro de recetas sin gluten, almidón o lactosa, sino una historia de superación que demuestra que la nutrición y la buena salud van de la mano.
«¿A cuántas personas conocen con una dolencia física que ningún médico es capaz de entender? ¿Cuántas veces han oído comentar el caso de una persona que ha sido diagnosticada de celiaquía a una edad adulta?»
Así empieza la introducción de este libro que ofrece de primera mano la experiencia de su autora, Elena Wägner, que pasó de ser campeona nacional de saltos de trampolín y deportista de élite a estar postrada en una silla de ruedas. Sin poder determinar cuál era la dolencia que la aquejaba, vivió cinco angustiosos años en los que el dolor y el cansancio crónico eran su día a día. Finalmente, su médico le recomendó llevar una dieta sin almidón: la mejora fue inmediata. Sin embargo, todavía sufría achaques y, aunque las pruebas no eran concluyentes, apuntaban a una posible celiaquía. Así pues, además del almidón, tuvo que suprimir el gluten y los lácteos de su dieta. De nuevo, la mejoría fue tan sorprendente que pasó de tomar 20 pastillas diarias para calmar el dolor a poder llevar una vida completamente normal (practica deporte habitualmente y es madre de dos niñas pequeñas).
De su experiencia aprendió a sobreponerse al dolor, a vivir de la forma más positiva posible y a entender que debía controlar perfectamente lo que comía para que su salud no se resintiera. Aunque al principio no fue fácil ya que no es común saber exactamente qué alimentos hay que evitar, investigó y, para ella y para los que pudieran tener problemas como los suyos, preparó buenísimas recetas para hacer más llevadero el régimen.
Este libro recoge, además de su testimonio, 50 recetas variadas que procuran salud y contagian de buenos sabores cualquier comida del día.