Sinopsis
Durante la segunda guerra mundial, Augusto Assía, corresponsal de La Vanguardia, era el único periodista español que informaba a sus compatriotas desde Londres. Una vez terminada la guerra recogió algunas de esas crónicas en dos libros. El primer volumen, que apareció en 1946 e incluía textos publicados durante la primera parte de la guerra, la denominada «guerra defensiva», llevaba por título Cuando yunque, yunque. El segundo volumen, Cuando martillo, martillo, recoge las crónicas publicadas a partir de julio de 1943, durante la segunda fase de la guerra, la «guerra ofensiva».
Las crónicas escogidas no incluían solo artículos de corte bélico, porque en palabras de su autor: «El criterio seguido en la selección es el de alternar los temas de la guerra con los civiles, la resistencia con la lucha, la vida y la muerte». Así, las crónicas lo mismo nos dan noticia de cómo funciona la corona británica que de la retirada de los soldados ingleses de Dunquerque o del sistema escolar vigente en el Reino Unido.
El libro es, por tanto, no solo una crónica de la guerra vista por un español, sino también un auténtico retrato moral del único país de Europa occidental que no se dejó doblegar por Hitler.
Biografía del autor
Augusto Assía, seudónimo de Felipe Fernández Armesto, nació en A Mezquita, Ourense, el 30 de abril de 1906. Periodista precoz, publicó sus primeros artículos en 1924 en El Pueblo Gallego de Vigo. Ese mismo año ingresó en la Facultad de Filosofía y Letras de Santiago, donde se licenció en 1927. Amplió sus estudios en Berlín, desde donde empezó a colaborar con La Vanguardia, diario en el que escribiría la mayor parte de su vida. En mayo de 1933 fue expulsado de Alemania por el Gobierno nazi, molesto con sus crónicas sobre el nacionalsocialismo y, como consecuencia de ello, le enviaron de corresponsal a Londres, donde se quedaría hasta acabada la segunda guerra mundial (salvo el periodo de la guerra civil española).
Posteriormente sería corresponsal en Bonn, Nueva York y Washington. En 1970 se instaló en Galicia desde donde siguió colaborando para La Vanguardia hasta 1985 y donde moriría en el año 2002.
Críticas
«Assía no solo fue un gran corresponsal de guerra, sino que fue un magnífico analista de la sociedad británica, de los usos y costumbres de los ingleses, de la forma con que se enfrentaron solos ante aquel poderoso enemigo.» Lluís Foix (La Vanguardia)
«Assía fue el legítimo heredero de un grupo de periodistas extraordinarios, formado por Gaziel, Xammar, Pla, Camba, Corpus Barga y Chaves Nogales.» Xavier Pericay